"Estamos hablando del feminicidio institucionalizado más importante de la historia de la humanidad"

Recientemente el Parlament de Catalunya daba luz verde a una propuesta de resolución para reparar y restituir la memoria de las mujeres acusadas de brujería. El texto aprobado tilda los hechos de "persecución misógina" y llama a los ayuntamientos a revisar el nomenclátor de sus calles para incorporar los nombres de estas mujeres.

El origen de esta propuesta nos remite a la campaña 'No eran brujas, eran mujeres', puesta en marcha por la revista de historia Sàpiens. Su directora, Claudia Pujol, recuerda que se cuentan por decenas de miles las mujeres acusadas de brujería en toda Europa, muchas de las cuales fueron ejecutadas. "Estamos hablando del feminicidio institucionalizado más importante de la historia de la humanidad", asevera categórica. "Hace cuatro siglos si eras mujer y, además, eras pobre, viuda, emigrada, curandera o comadrona no era nada descartable que tus vecinos o vecinas te señalasen como bruja, fueras juzgada sin ninguna garantía procesal y acabaras ahorcada".

La investigación llevada a cabo por el equipo de Sàpiens concluye que los procesos más duros contra brujería "tuvieron lugar en un contexto civil". "En el contexto de malas cosechas, desastres naturales o alta mortalidad infantil", por ejemplo, "la desesperación llevaba a buscar un chivo expiatorio y lo encontraron en los elementos más desprotegidos de la sociedad"; mujeres que no encajaban "con los estereotipos del momento".

Navarra y la caza de brujas

En nuestro entorno más cercano, el Parlamento foral ya aprobó una moción en 2019 que instaba a integrar la memoria de las víctimas de la caza de brujas en el seno del Instituto de la Memoria y a realizar un acto institucional de reconocimiento. Fueron muchos los procesos abiertos en un total de 64 localidades navarras, siendo el más terrible el ocurrido en Zugarramurdi en 1610: Once mujeres fueron condenadas a la hoguera.

"No existieron las brujas", subraya Jesús María Usunariz, "lo que existió fue la caza de brujas". A Usunariz, profesor de Historia Moderna en la Universidad de Navarra y comisario de la exposición 'Maleficium. Navarra y la caza de brujas', no le convence la "justicia retrospectiva" pero sí ve necesario "revisar quiénes fueron cada una de estas mujeres y hombres condenados y perseguidos, explicar el porqué de la persecución, por qué las autoridades se implicaron o por qué la población estaba convencida de su existencia".

Koro Irazoki, autora del libro 'Las Brujas de Zugarramurdi' y vecina de la localidad, dice que ha llegado el momento, incluso, de dar vueltas a los términos 'bruja' o 'akelarre'. "¿Cómo llamar a estas antepasadas nuestras que fueron acusadas de brujería?", se pregunta. La reflexión no acaba ahí: "Tenemos en las tiendicas del pueblo para el turismo la típica brujita, con su escoba, fea, con la verruga en la nariz... ¿Esto es lo que queremos?".