“Se sabe que hay que humanizar a las empresas, pero la brecha entre lo que se quiere y se hace es muy grande”

Nuestro colaborador, el antropólogo Ritxar Bacete, nos presenta a Isabelle Auroux. Responsable de la consultora Light Up,  se define como "constructora de puentes", y desde su empresa busca ayudar a las empresas a humanizarse, a transformar comportamientos del pasado y a buscar objetivos empresariales con trabajadores que "se sientan afines con la cultura, los fines y los rituales" de la empresa. Y es que, asegura, "ganar dinero con personas infelices es imposible, y cada vez menos". Un problema que caracteriza frecuentemente a las empresas dirigidas desde la tradicional masculinidad, incapaces de atraer nuevos talentos o de retenerlos. Son empresas, explica Auroux, que "no ayudan a dar a las personas lo mejor de sí mismas", y eso repercute en la productividad.

Su trabajo comienza detectando las necesidades de cambio de la empresa, estableciendo compromisos y retos, creando un clima de confianza, y diseñando programas de entrenamiento. Un proceso en el que hay que luchar contra "el rechazo, los vértigos y el miedo a ser juzgado".  Se trata, resume, de "revolucionar" la empresa, "dando permiso a hombres y mujeres para que encuentren su identidad, y puedan ser auténticamente una persona entera", independientemente de su género.