DANZA
Alicia Amatriain, bailarina: "Ha merecido la pena, pero ya basta; ahora de verdad quiero vivir mi vida"
EITB Media
La bailarina donostiarra, quien durante dos décadas ha brillado en el Stuttgart Ballet, ha decidido poner punto final a su carrera. "No cambiaría nada", pero el 12 de julio "se cierra el telón" definitivamente. Quiere alejarse de los focos y "vivir una vida privada".
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En su debut en la máxima categoría, Alicia Amatriain bailó el rol de Tatiana del ballet 'Onegin' de John Cranko, la misma "pieza que han decidido poner en escena para que yo pueda poner un punto final a la carrera y decir adiós al público", explica la bailarina donostiarra. Su reciente maternidad -tiene una niña de 2 años-, junto a los problemas derivados de una lesión de cadera que arrastra desde hace años, le han llevado a anunciar su retirada. "Tras dar a luz volví a intentar ponerme en forma para volver a bailar, pero el cuerpo me dijo que no", relata.
Durante tres décadas, Amatrian ha bailado sin parar y, aunque reconoce que "no cambiaría nada de nada", asegura que estar en la elite de la danza pasa factura. "Vivimos de otra manera y creo que esa es la razón por la que he dicho ya basta, ahora de verdad quiero vivir mi vida". Dice haber "perdido mucho en lo familiar, por ejemplo, por todo lo que conlleva estar en el escenario".
Alicia Amatriain recibió la mayor parte de su formación en el Conservatorio Municipal de Donostia (1985-1994), bajo la supervisión de Peter Brown y Águeda Sarasua. Ellos "son quienes me han enseñado lo que de verdad es la danza", afirma categórica. Con ellos pisó el escenario del Victoria Eugenia por primera vez, cuando tenía 8 años. "A ellos les debo todo", dice.
Destino: Alemania
"En España escuelas y profesores hay un millón, pero no hay un camino ni la cantidad de compañías de danza que hay en otros países". Alicia Amatriain tenía solo 14 años cuando se matriculó en la Escuela de John Cranko en Stuttgart.
En 1998, ingresó en el Stuttgart Ballet como meritoria. Algo "inesperado", asegura. En sus planes, al terminar su formación, no estaba entrar en la compañía, pero aquel primer "contrato de aprendiz" fue el inicio de una carrera meteórica: "Creo que ni siquiera me paré a respirar". Amatriain fue ascendiendo por los diferentes rangos hasta convertirse en bailarina principal en 2002. Los personajes que más le han tocado el corazón han sido Tatiana en Onegin, Margarita Gautier en La dama de las camelias y Blanche DuBois en Un tren llamado deseo.
El 12 de julio "se cierra el telón" y lo hace definitivamente "para la danza y para todo lo que sea el foco de luz. Quiero vivir una vida privada sin tener que dar explicaciones a nadie".