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ALZHEIMER

"Hay una carrera abierta para buscar un biomarcador que permita la detección temprana del Alzheimer"

Se estima que la demencia asociada a la enfermedad de Alzheimer afectará en 2030 a más de 82 millones de personas en todo el mundo. Una de cada 10 personas de más de 65 años padece esta enfermedad en el Estado español y, a los 85 años, afecta ya a 3 de cada 10 personas.

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Se estima que, solo en Euskadi, en torno a 36 000 personas padecen Alzheimer, la forma más frecuente de demencia. Si atendemos a las previsiones de la OMS, no obstante, las cifras actuales podrían triplicarse globalmente en 2050. La causa de la muerte progresiva de las neuronas en la enfermedad de Alzheimer se resiste a ser desvelada, reconoce el neurólogo Alfredo Rodríguez-Antigüedad.

La ciencia se afana en "buscar dianas terapéuticas" para saber dónde "cortar toda la cascada de acontecimientos que dan lugar a la muerte neuronal", pero las teorías hasta ahora en boga, y en base a las cuales se han desarrollado medicamentos, no han dado sus frutos. "Hasta la fecha, el foco de las investigaciones se centraba "en el depósito en el cerebro de una proteína (la beta-amiloide), que se suponía que era tóxica, pero todas las estrategias orientadas a eliminarla no han tenido los resultados esperados". Actualmente las expectativas están puestas "en el papel que pueda tener la inmunidad y también otras células que hay en el cerebro", señala Rodríguez-Antigüedad. "Pensábamos que tenían un papel marginal, que eran meras estructuras de sostén al cerebro, y hoy en día sabemos que tienen funciones tremendamente importantes y que pueden tener un papel, incluso protagonista, en la muerte de las neuronas".

Hacia el diagnóstico temprano

"El diagnóstico muy temprano del alzhéimer como tal no existe hoy día, porque cuando un paciente empieza con pequeños síntomas ya significa que su cerebro es incapaz de mantener el nivel de actividad normal". El gran reto de la investigación es "disponer de un biomarcador que en sangre pueda detectar tempranamente la enfermedad, incluso antes de que el paciente tenga ningún tipo de síntoma". Sin ese biomarcador "los tratamientos los vamos a aplicar tarde".

No hay duda de que hablamos de una enfermedad devastadora, tanto para las personas que la padecen como para sus familiares y cuidadores. En este sentido, los programas y servicios que desarrollan las diferentes asociaciones de familiares y personas con Alzheimer resultan de una importancia vital. Novedoso es, por ejemplo, el taller de psicoeducación que desarrolla AFAN, la Asociación de Familiares de Personas con Alzhéimer y Otras Demencias de Navarra, pensando en el impacto inicial del diagnóstico, envuelto en miedo, desconocimiento e incertidumbre ante lo que está por llegar.

"Vienen con necesidad de tener información fidedigna", explica la psicóloga sanitaria Idoia Lorea. En el caso de las familias, al "y ahora qué" se suman las dudas sobre si "estarán a la altura" de lo que la enfermedad les va a exigir como cuidadores. Precisamente una de las sesiones del programa aborda directamente "cómo conciliar el cuidar bien con el cuidarnos bien, porque en este nuevo oficio -que es el rol de cuidador familiar- es fundamental que la persona intente no renunciar a todas las necesidades que hasta ahora ha tenido, para poder llegar lo mejor posible hasta el final".

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