PROGRAMA ESPECIAL
Miren Vives: "Balenciaga fue totalmente fiel a sí mismo; un revolucionario sin hacer la revolución"
"Un modisto debe ser arquitecto de la forma, pintor para el color, músico para la armonía y filósofo para la medida”, decía Cristóbal Balenciaga. 'Distrito Euskadi' se traslada al Museo que custodia su legado en Getaria.
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En una colina que domina la villa gipuzkoana de Getaria se encuentra el Museo Cristóbal Balenciaga. El Palacio Aldamar, un edificio del siglo XIX, fue el espacio elegido para preservar e incrementar las colecciones del célebre diseñador y hacerlas más accesibles y abiertas.
En palabras de Miren Vives, directora del Museo, si algo define a Balenciaga es "la pureza, el rigor, el trabajar con muchísimo detalle". Era un diseñador que hacía gala de su "consistencia". Frente al constante cambio de la moda actual, el diseñador y modisto gipuzkoano "modelo tras modelo, colección tras colección, año tras año" se mantenía "fiel a sí mismo"; "se permitía el lujo de seguir ahondando en su propio mundo e ir, poco a poco, haciéndolo evolucionar". Con su dominio de los materiales y de las diferentes técnicas, Balenciaga buscó siempre "simplificar y realizar sus diseños con el mínimo posible de costura y de distracción". Además, en una época en la que todo estaba "muy medido y encorsetado", él apostó por la naturalidad como base de la elegancia.
La colección de fondos
En su inauguración, en junio de 2011, Cristóbal Balenciaga Museoa contaba con "2000 o 2500 referencias, y ahora tenemos más del doble, más las referencias que no son puramente textiles; porque las colecciones no son solo vestidos o complementos, también documentación, bocetos, réplicas exactas..."
Más del 90% de los fondos provienen de donaciones, apunta Miren Vives. "Para nosotros cualquier aportación que no esté ya en la colección es interesante; no importa su estado de conservación, porque si su utilización directa en exposición no es posible, siempre nos va a enseñar algo".