TERAPIAS DE CONVERSIÓN
"Los supervivientes de terapias de conversión desarrollan incapacidad para comunicar sus sentimientos"
Saúl Castro, abogado especializado en derechos humanos, derechos LGTBIQ+ y autor del libro 'Ni enfermos ni pecadores', denuncia que este tipo de prácticas son una "realidad invisibilizada, silenciada e impune".
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Saúl Castro es el fundador de No Es terapia, la Asociación Española contra las Terapias de Conversión. Una organización que ha documentado los casos de más de 80 personas o entidades que practican las llamadas terapias de conversión, "vinculadas a la iglesia católica", que incluyen medicación forzada, desnudez, control masturbatorio y prácticas aversivas. En junio de 2022, el Europarlamento publicó un informe sobre las terapias de conversión en España y en otros Estados miembros. En el documento, reconoce que "no hay datos ni estadísticas sobre estas prácticas en la Unión Europea, entre otras cosas porque a menudo se realizan en secreto".
En Distrito Euskadi, Saúl Castro ha afirmado que "la característica de las terapias de conversión no es tanto la manera en que se practican, sino la finalidad que tienen". En este sentido, ha añadido que "una terapia de conversión sería cualquier conducta o práctica dirigida a modificar la orientación sexual, la identidad de expresión de género de una persona, o de reprimirla, por no conformarse con los cánones cisheteropatriarcales imperantes en nuestra sociedad".
Castro no sólo atribuye la autoría de estas terapias a la Iglesia católica, que "son las terapias más visibles", sino también a "grupos evangélicos o protestantes, que en la sombra se dedican a llevar a cabo exorcismos, a encerrar, durante días, a personas LGTBI para someterlas a terapias de conversión".
Respecto a los resortes legales para hacer frente a estos métodos, a pesar estar prohibidos por la Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI, Saúl Castro entiende que las víctimas precisan de una mayor protección. "Una sanción económica no es disuasoria", afirma el autor de 'Ni enfermos ni pecadores'. "Las víctimas no tienen derecho a indemnizaciones, no tienen derecho a participar en el propio procedimiento", añade, para concluir que "eso sí se conseguiría si se criminalizaran".
Desde la Asociación Española contra las Terapias de Conversión, interponen denuncias, cuando es preciso, ante las consejerías correspondientes de las Comunidades Autónomas en las que se haya producido una práctica de estas características. Sin embargo, puntualiza Castro, "no tienen medios", y muchas veces "no tienen interés".