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NUTRICIÓN

"Dentro de 25 o 30 años tendremos una sociedad muy limitada en términos de salud y de productividad"

El catedrático Jesús Francisco Rodríguez Huertas advierte de que los niños y niñas duplican la tasa de consumo de azúcar recomendada y pide a la industria que recoja en las etiquetas no solo los hidratos de carbono o el total de azúcar, sino también la presencia y porcentajes de azúcares añadidos.

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Científicos del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INYTA) de la Universidad de Granada y del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada acaban de presentar los resultados del estudio Consumo de azúcar añadido en niños españoles (7-12 años) y densidad de nutrientes de los alimentos que contribuyen a dicho consumo: un estudio observacional.

Para el catedrático de Fisiología del INYTA y presidente de la Sociedad Española de Ciencias Fisiológicas, Jesús Francisco Rodríguez Huertas, uno de los grandes problemas está en aquellos alimentos y productos que llevan una excesiva carga de azúcar sin además aportar nutrientes. Por ello pide a la industria que reformule su composición, y especialmente en aquellos productos dirigidos o habitualmente consumidos por los menores. Y es que, si la Organización Mundial de la Salud recomienda una ingesta máxima de 25 gramos al día, los menores consumen más de 55, "y en aumento". Teniendo en cuenta que está probada la relación entre azúcar y enfermedades metabólicas, como la diabetes o la obesidad, podríamos encontrarnos "dentro de 25 o 30 años, con una sociedad muy limitada en términos de salud y productividad".

Reeducar el paladar de los pequeños es, dice, una tarea pendiente. "Cuando rebajamos el umbral de azúcar, nuestros niños perciben otros sabores enmascarados", asegura. Algo muy interesante porque ayudaría a ir reduciendo la actual dependencia del sabor edulcorado. No es objetivo, en todo caso, fácil para los padres y madres, toda vez que el azúcar puede enmascararse bajo 260 nombres diferentes. Para evitar esa confusión, "las ideas erróneas", desmitificar productos, y para dar pautas correctas sobre lo que es bueno para la salud y lo que no, hay que empezar por la información de las etiquetas. "Llevamos ya mucho tiempo todas las sociedades españolas de nutrición y todos los centros de investigación reclamando que en el etiquetado se incluya, además de los hidratos de carbono y azúcares totales, el azúcar añadido".

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