"La inteligencia artificial puede llegar a ser más autónoma que nosotros; lo que no sabemos es cuándo"

El debate en torno a la relación riesgos/beneficios de la inteligencia artificial divide a la sociedad, incluidos los propios científicos. Para Elen Irazabal, abogada y formadora de jurista en IA, a día de hoy la balanza se inclina hacia lo positivo. Lo ven claro en campos como la medicina y la prevención de enfermedades oncológicas, y también en su propio terreno, el legal. Puede mejorar, dice, el acceso de la ciudadanía a los servicios públicos y permitir automatizar respuestas a preguntas legales rutinarias. Pero si hablamos de preguntas caso por caso, reconoce, "el tratamiento que el abogado haga con el cliente va a seguir siendo importante".

En todo caso, "la inteligencia artificial no es la panacea". En un mensaje claro hacia sus colegas de profesión, advierte de que el jurista "tiene que tener un mínimo conocimiento del uso que le da a la IA". Y eso implica, dice, conocer "en un alto nivel" qué hace esta tecnología. Saber "por qué ChatGPT puede alucinar y darte información falsa" aunque te la presente en un texto perfectamente coherente. Ser consciente, en definitiva, de que "te está mintiendo pero con vaselina".

La posición de Irazabal ante un escenario de pérdida de control del humano sobre la inteligencia artificial es honesta: "La IA puede llegar a ser más autónoma que los humanos; lo que no sabemos es cuándo". También es clara su postura ante la ley para regular su uso que persigue la Unión Europa. Pide extremar el cuidado a la hora de fijar los términos y límites. Si sale bien, dice, "será buenísimo para toda la Unión Europea". Pero si esa normal sale mal o tiene deficiencias, advierte, "va a ser devastadora para toda la UE".