ESPECIAL PESCA ITSAS ETXEA
Jon Mugika: "Lo único que no ha cambiado en la pesca es la caña; se pesca igual, a caña, anzuelo y pita"
Reunimos a cuatro veteranos arrantzales para analizar cómo ha ido evolucionando el mundo de la pesca con la tecnologización de los barcos y las herramientas digitales, pero cómo al mismo tiempo busca atraer jóvenes para afrontar la falta de relevo generacional que sufre el sector.
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Son cuatro veteranos de la pesca. Cuatro patrones retirados o cerca de la jubilación, pero que no acaban de desligarse del buque que durante años patronearon y del que se siguen sintiendo responsables bien como armadores o como apoyo para los nuevos dueños. "Con la cabeza muy pendiente", y con el móvil sin apagar noche y día, la desconexión total no acaba de llegar. Tampoco la buscan. Nos dice Jon Mugika, presidente de la Kodrafia de Orio, que internet hace muy fácil el poder conocer todas las noches "cómo han andado ese día".
Y es que la tecnología llegó al sector pesquero para cambiarlo, para mejorarlo. Y sobre todo para la flota de cerco, que puede llegar a pasar entre 12 y 14 días en alta mar pescando. "La pesca se ha beneficiado un montón", asegura Juanko Azkue, miembro de la Kofradia de Getaria. Desde poder saber por adelantado qué tiempo y qué mar les espera ("antes no había partes meteorológicos buenos"), a la propia calidad con la que llega el pescado a puerto gracias a la sistematización de procesos. Pero también cambios en la calidad de vida del arrantzal y de la dureza de su trabajo. Recuerda Pedro Miguel Uranga, de la Kofradia de Orio, que antes "se trabajaba a puro músculo, sin descanso", dice. "Una parada de 100 o 200 bonitos y a mano lanzarlos a proa y luego a la nevera. Y ahora, con la cinta, van directos a un vivero y luego ya a la noche a la nevera", explica. "Ahora con las cintas y la forma de trabajar se han disminuido el esfuerzo físico mucho; se trabaja mucho mejor y se descansa más", asegura. Más tranquilo se reconoce Jokin, de la Kofradia de Orio, porque lo suyo eran las artes menores, cerca de la costa, pudiendo dormir a diario en casa, y sin tener que gestionar y responsabilizarse de tripulaciones tan grandes como sus compañeros de cerco.
Más maquinaria, más sistematizaciones, más seguridad, mejores barcos, mejores condiciones de habitabilidad....pero lo único que no ha cambiado para ellos es cómo pescar cerca o lejos de la costa. "Lo único que no ha cambiado es la caña...se pesca igual, a caña, anzuelo y pita. Eso es igual que hace 40 años", subraya Mugika.