Arqueología
"La arqueología de los burdeles abandonados muestra que las mujeres eran tratadas como ganado"
Los arqueólogos Xurxo Ayán y Carlos Otero han recorrido decenas de burdeles entre Galicia y León tratando de documentar la vida en burdeles en ruinas. Encuentran arquitectura como habitáculos, barras americanas o confeti de fiestas pasadas. Sin embargo, hallan poco sobre las mujeres prostituidas.
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Xurxo Ayán es arqueólogo e investigador de la Universidade Nova de Lisboa. Carlos Otero es también arqueólogo en el Instituto de Ciencias del Patrimonio del CSIC. Desde 2021, han visitado decenas de burdeles situados en zonas limítrofes entre Galicia y León porque desde su juventud, se han encontrado con las ruinas de estos locales que asumían como algo normal en el paisaje.
Sin embargo, inspirados en los trabajos que otras profesionales han llevado a cabo en Atacama o el medio oeste americano, decidieron abordar la escenografía y la arqueología de la esclavitud sexual en paisajes cercanos. "Nos critican por no centrarnos en castros o tumbas, pero la arqueología es una disciplina que pone en duda el discurso oficial y eso queremos hacer con las mujeres que trabajaron en estos puticlubs; mujeres desaparecidas, invisibilizadas, deshumanizadas y tratadas como ganado en esos locales que parecen granjas" indica Xurxo Ayán.
"En un puticlub del Bierzo encontramos una auténtica carcel: las habitaciones eran celdas con un ventanuco, el edificio estaba rodeado de alambre de espino. Había elementos que hablaban del putero y de la actividad, por ejemplo, rodillos, papel higiénico, un lavabo o el confeti de una fiesta de fin de año. No queda nada de ellas, no tenían ni camas", comentan los investigadores, "aunque sí hemos hallado medicamentos contra el ácido úrico, porque eran drogadas y alcoholizadas, y revistas de los años 90, lo que nos explica cómo proyectaban sus vidas en las de los demás". Ambos aseguran que lo analizado demuestra que estos espacios eran más brutales que otros que han estudiado juntos como cárceles o campos de concentración franquista "porque en estos espacios siempre hay voluntad de humanizar las condiciones de vida, de dejar rastro a través de graffitis y aquí no hay nada".
Los dos arqueólogos muestran, a través de su estudio, la evolución de la tipología del puticlub, su paso de espacios más sencillos a otros convertidos en grandes negocios. Diferencian, además, entre los clubs de pueblo y los ubicados en la carretera que nacen en los años 70 y duran hasta los 90 con una arquitectura más capitalista. Ayán y Otero seguirán documentando más lugares y también la distribución de los clubs, señala Otero, "es muy interesante la disposición de estos locales junto a una gasolinera y una parrillada". Es lo que denominan como el nudo del putero.