ÚLTIMAS BORDADORAS
Felisa Berjillo: 'Mi madre me chillaba por miedo a que le rompiese la aguja'
Observando a sus hermanas y a su madre aprendió a bordar siendo una niña. ¿Saben los jóvenes de hoy coser al menos un botón? Salimos a la calle con esta bordadora a comprobarlo.
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En casa de Felisa eran 7 mujeres. Su madre le chillaba porque era muy pequeña cuando ella también intentaba bordar como sus hermanas. Y es que romper una aguja en aquella época suponía todo un drama. Había que cuidarlas mucho. Aún así, continúo insistiendo y cuando se casó con 15 años bordó todo su ajuar.
Poco después de trasladó a Euskadi siendo ya madre de una niña. En Barakaldo cumplió su sueño, sacándose el título de bordadora. No necesitó más que un mes. Su destreza impresionaba. A partir de entonces, comenzó una vida que nos relata. Una vidallena de anécdotas pero sobre todo de mucha dedicación, talento, esfuerzo y trabajo.
Ahora que ya sólo atiende encargos muy concretos, le entristece que su profesión vaya a desaparecer. Y sobre todo, que la gente joven no sepa coserse ni un botón. Aunque esto es algo que comprobaremos saliendo con ella, aguja e hilo en mano, para poner ese reto a los adolescentes.