Graffiti
Turrones centenarios con tradición bilbaina
La familia Iváñez lleva más de un siglo vendiendo estos dulces con denominación de origen Jijona gracias a un encuentro casual entre Miguel Galiano y Victoria de Lecea a mediados del siglo XIX.
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Si hay un dulce de Navidad ese es el turrón, Un postre que no falta en ninguna mesa y que en la actualidad ofrece una gran variedad de tipos. Pero los clásicos, los de siempre como el de Jijona (blando) y el de Alicante (duro) son los más demandados.
A mediados del siglo XIX Victoria de Lecea conoció a Miguel Galiano, un artesano turronero de Jijona al que propuso cederle un local en el portal de su edificio, situado en Bidebarrieta 7 de Bilbao, para que vendiera sus turrones. Hoy, ese negocio perdura muy cerca del local originario, en Correos 23, bajo el nombre de Turrones Iváñez. Cuatro generaciones han apoyado y secundado lo que un buen día trajo hasta Bilbao su bisabuelo.
A los bilbainos les va el dulce, aseguran. Tienen buen paladar y no faltan nunca a la cita de adquirir el turrón de toda la vida. Con el tiempo, el turrón a peso para romper con un martillo en casa ha dado paso a la tableta envasada y lista para ser consumida. Una historia y un negocio que ha superado el tiempo, inundaciones o crisis económicas gracias al apoyo permanente de su clientela y el buen hacer de las diferentes generaciones de los Iváñez.