Hágase la luz
La flora en la toponimia vasca
A través de la fitotoponimia descubrimos usos y costumbres de otro tiempo que conformaron el paisaje y los modos de vida de sus habitantes
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Haritza, ametza, lizarra, gaztaina, pagoa, ipurua y un largo etcétera. Nombres de árboles y plantas que nos permiten hacer una foto fija de lo que fue nuestro entorno. A través de la toponimia botánica, conocemos la distribución de esa vegetación, así como la variedad lingüística de euskera que se habla o hablaba. Muchos de esos nombres de plantas remiten al pasado, cuando Astigarraga estaba poblado de arces y el Pagasarri de hayas. Josu Larrañaga, miembro de la Comisión de Onomástica de Euskaltzaindia, nos revela los secretos de la toponimia vegetal vasca.