Hágase la luz
"La mano de Irulegi nos vincula más con el Ebro que con las tribus vasconas de los Pirineos"
MARISA OZALLA | EITB MEDIA
Fernando Pérez de Laborda publica "El euskera en Navarra" (Mintzoa), libro en el que se remonta hasta el Neolítico rastreando los orígenes de la lengua vasca para la que plantea una novedosa teoría.
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Las huellas vascas que encontramos en la toponimia de comunidades limítrofes serían vestigios de un retroceso, no de una expansión del euskera como estaba ampliamente aceptado. Esto sería así -sostiene Fernando Pérez de Laborda- porque el euskera entró desde los Balcanes a través del Valle del Ebro. Era la lengua de aquellas tribus de agricultores que superaban en número a los cazadores autóctonos, por lo que acabó imponiéndose en un proceso que duró unos tres mil años. Fernando Pérez de Laborda es licenciado en Filología alemana por la Universidad de Hamburgo. Natural de Getxo, vive en Gares-Puente la Reina, lugar de origen de su familia paterna. Tras varios ensayos sobre el euskera en Valdizarbe y comarca, publica ahora "El euskera en Navarra", de la mano de Mintzoa.