"La digitalización ha permitido crear una pequeña industria vasca del cine"

Este fin de semna se otrogan en Málaga los Goya, los premios del cine español. Estos premios, sin haberse entregado todavía, han consagrado, de alguna manera, al cine vaso que se hace actualmente. Ahí están las candidaturas en el terreno de la ficción para La trinchera infinita, El hoyo ó Ventajas de viajar en tren, en el campo de la animación para Elcano y Magallanes, la primera vuelta al mundo, en el del documental para Aute-retrato o El infierno, en el de la música para el propio Alberto Iglesias y Pascal Gaigne o el de la interpretación para Karra Elejalde, Asier Etxeandia y Ainhoa Santamaría.

Son nominaciones que nos pueden llevar a pensar que estamos en una especie de “época dorada” del cine vasco, no solo por la cantidad de películas que se hacen en Euskal Herria, sino por la diversidad de profesionales que trabajan en ellas. Pero estamos demasiado escaldados, como para no ser cautos. Porque todos recordamos lo que sucedió a finales de los setenta y principios de los ochenta, que parecía que nacía una industria del cine en Euskadi y luego fue todo un espejismo porque esa industria no se asentó. Así que nos hacemos la pregunta si esta vez es la definitiva y que este boom creativo se sustenta en unas bases firmas. Para hablar de todo esto hemso tenido con nosotros al director del Zinemaldi donostiarra y miembro de la junta directiva de Zineuskadi, la asociación de promoción del cine vasco, José Luis Rebordinos.