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Música

Monográfico sobre el rock psicodélico de Camboya antes de los jémeres rojos

J.M. | Radio Euskadi

La Perla del Sudeste Asiático contó con una espectacular escena de rock hasta 1975, cuando la llegada del régimen comunista del dictador Pol Pot y su guerrilla de los jémeres rojos acabó con ella.

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# 6.340: Monográfico sobre el rock psicodélico de Camboya antes de los jémeres rojos, con guion de Joseba Martín. La Perla del Sudeste Asiático contó con una espectacular escena de rock hasta 1975, cuando la llegada del régimen comunista del dictador Pol Pot y su guerrilla de los jémeres rojos acabó con las vidas de muchos de los artistas más populares.

La palabra Camboya recordará a los amigos de la historia el genocidio camboyano a cargo del dictador Pot Pol, al frente de los temibles y sanguinarios jémeres rojos y a unos cuantos les recordará, en cambio, ese país que se suele visitar cuando uno se acerca hasta Vietman, y se queda con la boca abierta ante el templo hinduista de Angkor, del siglo XII. Nosotros hemos preferido viajar a Camboya con una única excusa: su música antes de 1975, cuando los jémeres rojos llevaron la muerte y la miseria a todos los rincones del país.

Lo cierto es que el cine ha retratado en parte la tragedia, el reguero de sangre y la aniquilación que supuso ese periodo de cuatro años de terror implantado por los jémeres rojos, un movimiento pretendidamente comunista que arrasó las ciudades, por considerarlas burguesas, y atacó la cultura en todas sus vertientes. Hay dos películas perfectas para entender todo esto: “Los gritos del silencio” de 1984, con la desoladora historia de un periodista y su traductor llevados a los mortales campos de trabajo, y el documental “No pienses que me he olvidado”, subtitulado “El rock and roll perdido de Camboya”, donde supervivientes y familiares narran el horrible final del buena parte de los artistas y músicos más populares del país. Muchos de ellos van a sonar a continuación. También son interesantes “Se lo llevaron: recuerdos de una niña de Camboya”, de 2017, biografía de una activista de los derechos humanos, la película de animación “Funan” de 2018 sobre una familia deportada a los campos de trabajo, el documental “S21” sobre una prisión de exterminio, “In the life of Music” de 2018, sobre el impacto de una canción de Sinn Sisamuth, al que luego escucharemos, en tres generaciones camboyanas, el documental “Enemigos del pueblo” de 2009, “El tiempo de las confesiones” de 2014, sobre un jémer rojo acusado de crímenes contra la humanidad, o “Año Cero: la muerte silenciosa de Camboya”, estrenada poco después del final de los jémeres rojos en 1979.

Como ocurrió en Vietnam, con la presencia del ejército estadounidense en las diferentes guerras del área, las ciudades más importantes, en este caso la capital, Nom Pen, se llenó de instrumentos occidentales, como las guitarras eléctricas, los teclados, los órganos, las baterías y los bajos, que junto al idioma local y algunos ritmos tradicionales dieron lugar a la música moderna de Camboya. Desde una primera incursión en sus archivos en 1996 y desde que en 2014 el productor y dj Richard Rosa se dedicó a recuperar in situ las grabaciones en casete y en vinilo de 40 años antes, el circuito de la World Music ha visto el lanzamiento de diferentes colecciones. La última de ellas, publicada este mismo verano, se llama “Cambodian nuggets” (pepitas camboyanas) y se inicia con la voz de la cantante Ros Serey Shotea, una de las voces más populares, con docenas de canciones a su nombre.

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