Microbiología
El zika ¿Una amenaza global?
Miren Basaras, profesora de Microbiología de UPV-EHU repasa las claves de la expansión del virus Zika en América y los factores que influyen en la transmisión de la enfermedad.
Your browser doesn’t support HTML5 audio
En los últimos años hemos conocido sucesivos episodios de alertas sanitarias provocadas por agentes infecciosos que saltan más allá de sus límites georgráficos naturales. Gripes aviares, síndromes respiratorios por coronavirus, ébola y, en los últimos meses, el virus zika. Un virus que debe su nombre a la región de Angola en la que fue detectado por primera vez en 1947. Hasta hace poco prácticamente desconocido y ahora responsable de una situación de emergencia sanitaria dictada en enero por la Organización Mundial de la salud.
El Zika normalmente provoca una infección leve pero está relacionado con casos de microcefalia en bebés de madres infectadas y de síndrome de Guillain-Barré. El primer contagio por Zika en América se confirmó en marzo de 2014. Se cree que el virus había llegado a este continente unos meses antes y en un tiempo record se ha extendido por el cono sur del continente. Se trabaja con gran celeridad en el desarrollo de una vacuna, la mejor forma de luchar contra este tipo de infecciones, que no tienen tratamiento.
A raiz, precisamente de esta alerta, y con la llegada a Europa de personas enfermas tras una estancia en los países afectados, se ha desatado también preocupación en nuestro entorno. Además se ha advertido que el mosquito tigre, presente en algunas zonas de la península, puede transmitir el virus del zika.
Miren Basaras, profesora de microbiología de la UPV/EHU participó en Zientziateka con la charla ‘Zika birusa: azkenaurreko mehatxua?’ (’El virus del Zika: ¿la penúltima amenaza?’), de la que ofrece un resumen en esta entrevista.
Tras la emisión de esta charla se ha publicado un nuevo estudio in vitro que muestra que el virus del Zika afecta al desarrollo cerebral matando células precursoras de las neuronas. La investigación, publicada en Science, llega un día después de que se confirme el vínculo entre la infección con el virus durante el embarazo y los problemas cerebrales de los recién nacidos, como la microcefalia.