Cómo ve el mundo el cerebro y regresa el festival romano Dies Oiassonis

Un juego de manos, una ilusión óptica o  un cuadro de El Greco abren vías a la neurociencia para estudiar cómo percibe visualmente el mundo nuestro cerebro. Contamos con un sistema que pierde información mientras procesa las imágenes pero que es capaz luego de crear un mundo tridimensional a partir de imágenes planas. Nuestro cerebro es además capaz de rellenar los huecos de información perdida con datos adquiridos previamente. Esto hace que nuestra percepción sea subjetiva. Y a nuestro cerebro le gusta completar y ordenar lo que percibimos. Si unimos todo esto se puede entender por qué donde alguien ve una tostada otra persona está viendo el rostro de Jesucristo.

En el Palacio Miramar, dentro de los cursos de verano de la UPV-EHU, se ha desarrollado el curso titulado Una aventura científica: De las partículas elementales al conocimiento.Expertos en diferentes disciplinas han analizado cómo se adquiere y forma nuevo conocimiento a partir de la información que recibimos y analizamos. El lenguaje, la música, el arte, la ciencia comienzan siendo señales que percibimos a través de los sentidos y que luego se traducen en sensaciones, emociones y conocimientos. Uno de los ponente de este curso ha sido Luis Miguel Martínez Otero  Científico Titular del CSIC en el Instituto de Neurociencias de Alicante, donde dirige el laboratorio de Neurociencias Visuales. Su trabajo es intentar comprender cómo el cerebro construye la percepción visual del mundo

María José Noain, responsable de actividades del museo Oiasso de Irún, nos avanza el contenido del festival Dies Oiassonis que, por octavo año consecutivo animará de viernes a domingo la ciudad de irun, o deberíamos decir la antigua Oiasso, que revive durante unos días para mostrar aspectos de la vida hace 2.000 años en el imperio romano. María José nos recomienda especialmente la reconstrucción del campamento de legionarios y de sus tareas cotidianas, en tiempos de guerra o de paz.