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Ciencia e historia

No tenemos un segundo cerebro en la tripa y pícaros del siglo de oro

El sistema entérico incluye neuronas que regulan funciones del aparato digestivo, en ningún caso equiparable al cerebro. Desperta Ferro retrata las capas más pobres de la sociedad de los s. XVI y XVII

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El sistema nervioso entérico forma parte del sistema nervioso periférico y está compuesto por una red de neuronas que se encuentran en el tejido que reviste el esófago, el estómago, el intestino delgado y el colon. El descubrimiento de que parte de nuestro sistema nervioso se halla en el aparato digestivo y en el tracto gastrointestinal ha generado  investigación para descubrir sus funciones, cómo influye en la salud y también en la enfermedad. Asimismo ha generado la idea errónea de que tenemos un segundo cerebro en el abdomen y que su cuidado requiere, por ejemplo, limpiezas de colon.

Abordamos este tema con Amanda Sierra, investigadora del centro de neurociencias Achucarro.

El Lazarillo de Tormes, la pícara Justina y el buscón de Quevedo son tres grandes ejemplos del éxito que alcanzó la novela picaresca a finales del siglo XVI y en las primeras décadas de XVII. Estos personajes marginales retratan una sociedad castigada por la crisis y la pobreza, en la que la astucia, la picardía y la moral laxa intentan compensar la mala suerte de haber nacido pobre. Este es el mundo que retrata la revista Desperta Ferro en su edición de arqueología e historia. Pícaros en el siglo de oro, de tramposos, rufianes, prostitutas y delincuentes en la ciudad moderna, de la que nos hace un resumen su director, Gustavo García.

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