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Fotografían por primera vez la formación de un jet gigante
Este fenómeno, la mayor descarga eléctrica que se registra en la naturaleza, se produce en tormentas en zonas tropicales y puede alcanzar los 90 km de altitud.
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Las mayores descargas eléctricas que se producen en la naturaleza tienen lugar en las regiones tropicales, por encima de las grandes tormentas. Se denominan jets gigantes y pueden ascender hasta 90 km de altura. Investigadores de la Universidad Politécnica de Cataluña han logrado captar por primera vez desde su inicio uno de estos raros fenómenos. Lo consiguieron durante una tormenta en Colombia y con la ayuda de cámaras de alta velocidad.
Lo que vemos en la imagen es la evolución de una de estas poderosas descargas eléctricas. Se inician en la nube como un rayo dirigido hacia arriba, y crean una forma muy característica, con una parte inferior filamentosa y de color azulado producida por debajo de los 30 km y otra superior muy ramificada de color rojizo que puede alcanzar los 90 km de altitud. La formación de estos raros fenómenos es todavía un misterio para la comunidad científica. Solo se pueden observar de noche, al igual que otros eventos relacionados, como los jets azules o los denominados duendes o sprites, que tienen forma de zanahoria o columna, y los elfos, que tienen forma de anillo.
Las primeras imágenes captadas por los investigadores se grabaron en el verano de 2017, cerca de la ciudad colombiana de Santa Marta, con una cámara capaz de producir a 900 imágenes por segundo. Luego, en 2018, se llevó a cabo una segunda campaña en Barranquilla y Cartagena para detectar este fenómeno, en la que se trabajó con un sistema de altísima velocidad, que operó en 5.000 imágenes por segundo. En total se consiguieron captar imágenes de 12 jets gigantes.
La imagen de la formación del jet gigante muestra por primera vez, el flash a partir del cual se desencadena. La secuencia de las imágenes demuestra, además, que la formación de un jet gigante se desarrolla paso a paso, a partir de los 40 km de altura en un salto continuo hasta llegar a la ionosfera (90 km). Según los autores, este hecho histórico es importante para desentrañar los misterios que rodean a los fenómenos eléctricos en la atmósfera y el acoplamiento entre capas atmosféricas, un campo científico todavía muy incipiente.