Ciencia
Antígenos de dromedarios para hacer frente a la COVID 19. Reconstruyen un cambio climático en el Cantábrico
Investigadores del CSIC prueban con éxito en animales nanoanticuerpos de dromedarios que bloquean el acceso del SARS Cov-2 a las células. El estudio de conchas de moluscos de un yacimiento asturiano permite reconstruir un evento frío hace 8.200 años que alteró los tipos de moluscos del Cantábrico.
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Hace dos años, en pleno confinamiento, laboratorios de todo el mundo trabajaban ya para buscar soluciones a la pandemia de COVID 19. Hablamos entonces con personas que habían dado un giro a su trabajo o incorporado a lo que ya estaban haciendo este nuevo objetivo, el SARS cov 2. Es el caso de los investigadores del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) dirigidos por Luis Ángel Fernández y José María Casasnovas, que llevaban ya años trabajando en la obtención de nanoanticuerpos neutralizantes procedentes de camélidos para combatir infecciones. A partir de las muestras de dromedarios inmunizados contra el coronavirus, empezaron a trabajar en la obtención de estos anticuerpos, capaces de bloquear la entrada del virus en las células. 2 años después han publicado sus resultados: Han obtenido anticuerpos neutralizantes eficaces frente a las variantes más virulentas del SARS-CoV-2 y pueden utilizarse como terapia en pacientes de covid-19. Luis Ángel Fernández dirige el grupo de ingeniería bacteriana del Centro Nacional de Biotecnología y es hoy nuestro invitado.
Hace 8.200 años tuvo lugar el mayor cambio climático registrado en los últimos 11.700 años. Un descenso abrupto de las temperaturas que obligó a las poblaciones humanas a adaptarse para sobrevivir. El estudio de conchas de moluscos de un yacimiento asturiano ha permitido determinar que la temperatura del agua del Cantábrico descendió 2 grados durante este periodo. Esta investigación, además de reconstruir cambios en la temperatura del mar, analiza los efectos que tuvo este enfriamiento en los tipos de moluscos que había en la costa y los relaciona con las estrategias de adaptación desplegadas por los humanos para salir adelante en un momento en el que el acceso a la comida tuvo que complicarse bastante. Se trata de un trabajo en el que han participado varias universidades y centros de investigación, coordinado por Asier García Escárzaga, investigador del Departamento de Prehistoria y el Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals de la Universidad Autónoma de Barcelona, e Igor Gutiérrez Zugasti, del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC) y la Universidad de Cantabria (UC).