Ciencia
La vida al borde del abismo: la gran mortandad del Pérmico. Evolución puntuada: cambios abruptos e innovación
José López, del Instituto de Geociencias explica en el libro La vida al borde del abismo las causas de la gran extinción que hace 252 millones de años arrasó la vida. Científicos del IBE presentan la teoría de la evolución puntuada. Crean en Stanford un tinte que transparenta los tejidos de ratones.
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La colección "Qué sabemos de" de la editorial Catarata y el CISC nos presenta una de sus novedades: La vida al borde del abismo, la historia de la mayor extinción que se ha producido en la Tierra, narrada por el geólogo José López Gómez, investigador en el Instituto de Geociencias del CSIC. Hace 252 millones de años, cuando en la Tierra solo existía el continente Pangea, el vulcanismo extremo en la zona de Siberia inicio una serie de procesos que cambiaron el planeta, calentando y envenenando su atmósfera y sus océanos. Desaparecieron el 90% de las especies de los océanos y el 70% de las familias que habitaban tierra firme.
En la historia de la Tierra se han producido momentos críticos para la vida que han supuesto la desaparición de muchos organismos y que ha favorecido la aparición de otros diferentes. Hace medio siglo algunos paleobiólogos propusieron la teoría del equilibrio puntuado para explicar cómo se producen este tipo de de vacíos y de cambios abruptos que se observan en el registro fósil. A partir de esta idea un artículo de opinión publicado recientemente se plantea el concepto de evolución puntuada, que señala que en el sistema Tierra, en el interior de un organismo vivo y en la evolución tecnológica y cultural de las sociedades humanas cambios abruptos, condicionados por factores internos o externos, favorecen la evolución y las innovaciones que avanzan hacia una nueva realidad. Este artículo es fruto del trabajo del grupo de Evolución en redes del IBE, Instituto de Biología Evolutiva, centro mixto del CSIC y de la Universidad Pompeu Fabra. Charlamos con tres de los autores de este artículo:
Salva Duran-Nebreda, investigador post-doctoral del IBE, Blai Vidiella, actualmente investigador post-doctoral en la Estación de Ecologia Experimental y Teorica del CNRS (Francia) y Sergi Valverde, responsable del grupo de Evolución de Redes del IBE.
Un equipo de la universidad de Stanford ha desarrollado una técnica que vuelve transparentes, de forma reversible, la piel de un ratón. Y todo a partir de un colorante alimentario y un proceso de refracción de la luz que permite ver los vasos sanguíneos y los músculos que hay bajo la piel.