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Ciencia

Rafael Yuste: "Entender cómo funciona el cerebro cambiará la medicina y explicará el comportamiento humano"

Rafael Yuste plantea en su libro El cerebro, el teatro del mundo una teoría sobre su funcionamiento basada en las redes neuronales. Nanogune crea Optec4Life para monitorizar las constantes vitales de bebés durante el parto. Descubren que bebés íberos enterrados en casas murieron por causas naturales

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La memoria, la conciencia, la identidad, las emociones son productos de nuestro cerebro, uno de los mayores misterios del mundo. ¿Cómo se organizan 80.000 millones de neuronas para crear la complejidad de la mente humana? Hoy contamos con el neurocientífico Rafael Yuste, promotor de la iniciativa Brain, un esfuerzo coordinado de instituciones de Estados Unidos que se propusieron en 2013 conocer cómo funcionan los circuitos neuronales, cómo se ven afectados por las enfermedades y las lesiones y cómo tratar los trastornos neurológicos.  Rafael Yuste nos presenta hoy un libro que detalla su teoría sobre la forma en la que funciona el cerebro, centrándose, precisamente, en las redes que forman conjuntos de neuronas. Ha llamado a esta teoría El teatro del mundo, y lo que plantea es que nuestro cerebro se parece mucho a una máquina que predice el futuro, o al menos lo intenta con el objetivo que empuja a todo ser vivo, sobrevivir y reproducirse.  El cerebro, el teatro del mundo es su primer libro de divulgación.

Desde CIC nanogune Francesc París Huguet presenta Optec4Life, una empresa creada a partir de un proyecto de dispositivo fotónico que permite monitorizar durante el parto las constantes vitales de los bebés. Su objetivo es identificar con la mayor antelación posible síntomas de estrés , por ejemplo la falta de aire.

A lo largo de las regiones costeras orientales y meridionales de la península ibérica, allí donde se desarrolló la cúltura íbera, se han encontrado esqueletos de bebés enterrados en viviendas. Durante la edad del hierro , entre los siglos VIII y I antes de nuestra era, los fallecidos eran incinerados y sus restos quedaban depositados en urnas. Sin embargo estos bebés fueron enterrados, y además en las zonas habitadas . Este tipo de enterramientos ha generado controversia entre los expertos al no tenr claro si se trata de recién nacidos o bebés pequeños que murieron por causas naturales, o si se trata de una evidencia de la práctica de infanticidio o incluso de sacrificios rituales. Un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona en colaboración con la Universidad de Vic-Universidad Central de Cataluña y el Sincrotrón ALBA ha resuelto el enigma, al determinar que se trata de bebés que murieron por complicaciones en el parto o por ser prematuros. Ani Martirosyan, investigadora predoctoral de la UAB y primera autora del artículo.

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