Ola de frío

Hace frío. Seguramente ya lo habrá notado, pero, como esto es un medio de comunicación, se lo digo por si acaso.

No sé quién pensaría por primera vez que el frío era una noticia de máximo interés para todos, pero está claro que creó escuela. No falla, todos los inviernos pasa lo mismo. Unos días antes de que empiece el frío, los medios van calentando la voz de alarma. Empiezan diciendo que va a hacer muchísimo frío, mucho más que el año pasado, más que ningún año, un frío terrible, inimaginable.

Ocurre que, como el negocio de la prensa se basa ahora en ser más hiperbólico que la competencia, lo de frío ya no vale. Ahora tiene que haber olas de frío y, si puede ser, olas de frío polar. Más aún: ciclogénesis explosivas con olas de frío polar y cotas de nieve a nivel del mar o por debajo.

Las radios le recordarán que coja usted las cadenas y se meta comida en el coche por si se queda tirado diez o veinte horas. En televisión mandarán a los becarios al culo del mundo, para que se queden muy quietos debajo de una ventisca solo para poder dar fe de que, en efecto, hace mucho frío.

Y luego, cuando todo pase, los medios dirán que, al final, mira por dónde, no ha hecho tanto frío como se esperaba.