Personas de baja estatura
Álvaro Jiménez: "Si pudiera elegir, no cambiaría. Tengo un cuerpazo"
Diagnosticado de acondroplasia, este estudiante de Ingeniería Civil en la UPV, reclama normalidad en el trato con las personas de baja estatura. Una de cada 25.000 personas, la padecen.
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Álvaro Jiménez Alonso tiene 19 años, es natural de Vélez-Málaga y estudia primer grado de Ingeniería Civil en Bilbao. Reside en el Colegio Mayor Miguel de Unamuno, en el barrio de San Inazio, donde ha impartido una charla sobre la acondroplasia. Entre las personas que asistieron estaban sus dos amigas, Olaia López Molinero y Amaia Rubio Rodríguez. Hace unos meses estuvo en Bruselas reclamando "normalidad".
Álvaro afirma que empezó a darse cuenta de su talla, "cuando en Primaria mi número de pie se quedaba en el 33, mientras el del resto de compañeros seguía creciendo". No llegar al botón del ascensor, subir escaleras o dar el pin de la tarjeta de crédito a otra persona para que pueda sacarte dinero en un cajero son dificultades con las que se encuentran en su día a día las personas de baja estatura. Una enfermedad que afecta a uno de cada 25.000 recién nacidos.
El Congreso aprobaba, recientemente, la eliminación de espectáculos taurinos donde aparezcan personas de baja estatura. Álvaro subraya que "el problema está ahora en el mundo relacionado con la pornografía".
A pesar de todas las dificultades, Álvaro Jiménez Alonso no duda en afirmar que no cambiaría su físico, "ni aunque me dieran dinero. Tengo un cuerpazo".