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Moso Musik

Éxitos Mayores

Roberto Moso

Kaxiano, Magín Díaz, Celia Cruz, Johny Cash, Compay Segundo...artistas que conocieron su mayor momento de gloria a una avanzada edad.

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El jueves de esta semana se celebraba en todo el mundo el Día Internacional de las Personas de Edad.  Con ese motivo (o usando esa “percha” como solemos decir por aquí) hoy hemos hecho una selección de artistas que han conocido su mayor nivel de éxito a una edad avanzada. Un claro ejemplo es el de Johny Cash.

Aunque tuvo una carrera plagada de éxitos en su país, lo cierto es que al comenzar este siglo era ya una leyenda un tanto olvidada. Pero llegaron entonces unos discos increíbles: la serie catalogada como “American Recordings”. Gran parte de la culpa del éxito en los años finales de Johnny Cash la tuvo el productor musical Rick Rubin. Se conocieron a principios de los 90. Rubin tenía 30 años y era productor de música Hip Hop. El hecho de que el artista tuviese esa última oportunidad en su carrera, cuando ya había cumplido las seis décadas, de volver a reinventarse es algo que en la industria musical no suele ser muy habitual. Una voz rasgada por la edad y deteriorada por los excesos que dio nueva vida a temas como el mítico “Personal Jesus” de Depeche Mode, el One de U2, Hurt de Nine Inch Nails o este que escuchamos: Solitary Man de Neil Young.

Otro caso similar sería el de Celia Cruz. No se puede decir tampoco que su trayectoria no estuviera plagada de éxitos. Pero en contra de la tendencia habitual sus discos más vendido a nivel internacional llegaron cuando ella supera ya los sesenta. 67 años tenía cuando publicó Azucar negra, un salto de gigante en su carrera con el que cosechó números uno en la práctica totalidad de los países de habla hispana. La tendencia se repetiría hasta el año de su muerte 2003. De aquel Azucar Negra que reverdeció sus laureles recuperamos “Sazón” una canción que Gloria Stefan y su marido Emilio compusieron para ella.

Más cerca: el caso Kaxiano. A los diecisiete años de edad, Kaxiano Ibarguren, nacido en Antzuola en 1932 quedó ciego al explotar un barreno en la noche del 21 al 22 de septiembre de 1949, durante la construcción de los túneles de Lizartza-Araitz que unirían Gipuzkoa con Navarra. "La desgracia me trajo suerte", decía Kaxiano. De hecho, empezó a estudiar música a raíz de aquel accidente. Después de 30 años haciendo casi todas las plazas de Gipuzkoa y del norte de Navarra, Kaxiano conoció un boom en los 80 gracias, sobre todo, a la canción “Itsasontzi baten”. Grabó sus primeras canciones en directo en las radios Arrate y Loiola, y tras las grabaciones, la gente comenzó a pedir discos. La discográfica Elkar respondió a la demanda y en 1986 publicó el elepé “Itsasontzi Baten”. Enseguida se agotó la edición de 7.000 ejemplares. Llegaron despues Baserritik Kalera (1987), Nere oroigarri (1989), Ongi etorri (1990), Lizartzako oihartzunak (1992), Antzuolari (1994) y Soinu eta kantu (1996). Registró más de 60 canciones. El 29 de enero de 2002  el ciego de Lizartza cerró sus ojos para siempre a los 70 años.

Otro caso singular es el de Francisco Repilado Muñoz, a quien casi nadie conoce por este, su verdadero nombre. Sí, es más conocido como Compay Segundo. Fue un hombre que se dedicó a la música desde muy joven, alternándolo con su oficio de tabaquero. Formó parte de varias formaciones y grabó varios discos en los años treinta y cuarenta  pero su estrella empezó a declinar en los años sesenta y Compay fue quedando en el limbo de las viejas glorias, hasta se vio obligado a retomar su viejo oficio de tabaquero. Tras su jubilación, en 1970 pudo retomar su pasión. Pero empezar de nuevo no fue fácil. Durante casi veinte años actuó en círculos reducidos e incluso llegó a tocar para los turistas en tabernas y hoteles de La Habana. El estadounidense Ry Cooder, el extraordinario autor de la banda sonora de París, Texas (1984), produjo el disco Buena Vista Social Club (1997), que ganó un Grammy e inspiró a Wim Wenders una película que acabó siendo todo un acontecimiento mundial. Compay entró así en los más importantes escenarios del mundo. Chan Chan es la columna vertebral de su banda sonora. Una cadencia que transmite a la perfección el mensaje de madurez serena que emana de la película. Una selección de músicos que han estado muchos lustros en el olvido pero no parecen guardar el menor resentimiento. La versión urdida por el propio Ry Cooder, en la que también participan Ibrahim Ferrer y Eliades Ochoa resume el espíritu de la película y consigue inspirar sentimientos tan contradictorios como la vida misma: madurez, inocencia, alegría, melancolía: Y para cerrar, el colombiano Magín Díaz. 

El Orisha de la rosa, como se conocía a este juglar de la música en Colombia,  tuvo una vida larga y creativa. Murió en noviembre de 2017 en Las Vegas, a donde llegó a los 97 años a recibir un Grammy Latino. Trascendió por reivindicar sus raíces y el legado de sus ancestros, aunque no fue hasta el final de su vida cuando consiguió reconocimiento. Desde Gamero, una aldeíta del Caribe colombiano, logró que la potencia de su voz y el don de la creación musical sonaran en el interior de Colombia, que sus melodías fueran interpretadas por reconocidos músicos y que su nombre no quedara enterrado en el anonimato. 

"Vivo feliz cantando", decía en febrero de ese año antes de una presentación en Bogotá. También vivía feliz en su pueblo, por eso cuando fue hospitalizado en Las Vegas, por una arritmia cardiaca lo único que se le escuchaba era su deseo de que lo llevaran a su casa y aunque su familia ya había conseguido el servicio de un avión-ambulancia, no alcanzó a volver al calor de su tierra. "El espíritu maligno no dio espera y Magín, a punto de levantarse, nos dejó", señala su familia en una nota de prensa. "No sabemos qué día naciste, pero siempre recordaremos cuándo nos dejaste", escribían sus seguidores en Twitter. Tenía 97 años.

 

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