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Javier Sánchez Beaskoetxea: "La gente de mar se enfrenta a una cada vez mayor criminalización"
Más Que Palabras
Javier Sánchez Beaskoetxea, subdirector de eneñanzas naúticas de la escuela de ingeniería de Bilbao. Piloto y también periodista. Nueva incorporación al plantel de colaboradores de Más que Palabras.
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Dicen que fue Anacarsis, filósofo escita del s. VI a.C., quien dijo que existen tres tipos de personas: los vivos, los muertos y los marinos. Anacarsis se refería a que cuando los marinos se hacían a la mar, nadie sabía si estaban vivos o muertos hasta que regresaban de su viaje. Hoy en día, los buques están continuamente conectados con tierra y no hay problema en saber si están bien sus tripulantes.
Esta frase sigue resumiendo el papel de la gente que trabaja en la Marina Mercante hoy en día, igual que en la época de Anacarsis, ya que casi nadie se acuerda de los marinos mientras no haya un naufragio digno de figurar en las portadas de los periódicos.
Entre nosotros la Marina Mercante siempre tuvo un peso importante, pero hoy en día parece que cada vez está más olvidada, por lo que es conveniente recordar la importancia de este sector en la economía global.
Otro problema con el que se enfrenta la gente de mar es una cada vez mayor criminalización de sus profesionales.
Hasta no hace demasiadas décadas, cuando un buque se hundía, los tripulantes eran tratados como náufragos. Sin embargo, y sobre todo a raíz de varios accidentes de petroleros y sus consecuencias en forma de "marea negra", ahora la responsabilidad del capitán (ya que en él recae toda la responsabilidad) va más allá de sus actuaciones erróneas.
Douglas Stevenson (de la organización inglesa "The mission to seafarers" en apoyo a los marinos) sostiene sobre la criminalización de los marinos:
"Los estados ribereños se enfrentan a una gran presión política para encontrar alguien a quien culpar siempre que un barco contamine sus aguas, y los marineros son víctimas convenientemente a mano. Cuando armadores y tripulación son acusados de crímenes medioambientales, las tripulaciones a menudo deben arreglárselas por sí mismos ya que sus intereses legales están en conflicto con los de su patrón".