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NATURALEZA

La focha común, ave de rara relación paternofilial

Esta ave zancuda es la protagonista del espacio de Gorka Belamendia en Más Que Palabras

Focha común

Si os vais a animar a dar una vuelta alrededor de una zona húmeda escuchareis una vocalización que os recuerda al sonido de los antiguos martillos de plásticos vendidos en fiestas, dar por seguro de que estáis a punto de ver a una focha; un ave muy ruidosa con un amplio repertorio de llamadas crepitantes, explosivas o en plan trompeta, capaz de cantar hasta de noche.

Probablemente, muchas de vosotras y de vosotros hayáis visto a este pájaro de plumaje negro deslizándose sin esfuerzo sobre la superficie del agua. Su pico blanco y ese escudo frontal níveo lo delatan rápidamente.

Estamos ante una zancuda característica de aguas abiertas, dulces, poco profundas y de movimiento lento. Una especie que vive en humedales que cuentan con vegetación adyacente, tan necesaria para otorgarle la protección y el sustrato de nidificación necesario, así como con praderas para caminar. Y digo caminar porque parece que su máxima es "andar antes que volar", al ser un pájaro reacio al vuelo. Un espécimen que necesita para despegar correr por la superficie del agua, por lo que genera muchas salpicaduras, o por tierra para escapar de los intrusos. Un rálido cuyo débil vuelo no inspira confianza, aunque cuando migra, acción que hace de noche, consigue cubrir distancias sorprendentemente grandes.

En época de cría, sus costumbres agresivas y fuertemente territoriales hacen que no dude en luchar contra otras aves acuáticas (especialmente otras fochas), atacándolas y golpeándolas con sus largas patas de dedos semilobulados. Sin embargo, pasada esa etapa, su carácter se tranquiliza, siendo capaz de formar bandadas compuestas de varios miles de individuos juntos a fin de evitar a los depredadores.