Repercusiones psiquiátricas de las crisis sociales

‘Podemos afirmar que las crisis sociales tienen su repercusión psiquiátrica en la población; no quiere eso decir que sea una repercusión masiva, pero hay personas más vulnerables que otras a la hora de responder a las exigencias de la vida o a los desafíos que estas crisis plantean’. Son palabras de Miguel Gutiérrez, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y uno de los directores científicos del XXI Curso de Actualización en Psiquiatría que este miércoles arranca en Vitoria-Gasteiz.

En la actual crisis, se ha evidenciado un repunte de los casos de depresión y de trastornos de ansiedad. ‘No es difícil suponer que una persona que, por ejemplo, está en paro y no tiene una perspectiva de futuro muy halagüeña, se encuentre mal psíquicamente’, dice el profesor Gutiérrez. Son circunstancias que ‘atentan contra la propia autonomía de la persona y le coloca en una situación de ‘indefensión social’; algo grave desde el punto de vista personal que afecta a la autoestima, al propio orgullo y a la seguridad que uno puede tener en su propio proyecto de vida’.

Aunque ‘el ser humano está absolutamente capacitado para confrontar crisis’, el también catedrático de Psiquiatría de la Universidad del País Vasco defiende que cuando hay crisis sociales también los remedios deben ser sociales: ‘El capítulo de las reformas y de atención a las necesidades sociales primarias –salud y educación– es algo que ninguna sociedad puede perder de vista porque si no, iniciamos un camino de desestructuración social muy importante, y eso tiene sus repercusiones médicas también’.

Relación entre desahucios y suicidios

En entrevista con el programa Somos Cómplices de Radio Euskadi, Miguel Gutiérrez también ha querido salir al paso de ciertas asociaciones entre suicidios y casos de desahucios: ‘No hay un solo estudio ni un solo dato en España que establezca una causa-efecto entre suicidio y desahucio. Las tasas de suicidios –asegura Gutiérrez– no han aumentado en España. Sabemos objetivamente que las tasas de suicidio eran mucho más altas que las actuales hace 10 años, en pleno boom del ladrillo. Lo que hay que decir, porque eso es claro y preciso, es que el 80 % de los suicidios consumados están relacionados con enfermedades psiquiátricas. Además, hay que recordar que precisamente España y Grecia son los países de menor tasa de suicidio de toda Europa’. El presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría concluye que ‘esto pone de manifiesto que culturalmente también hay una influencia muy importante: el rol de la familia, de la interacción personal y los principios solidarios en muchas sociedades actúan también como tampón en este tipo de problemas, y nos hace diferentes a otras sociedades más desarrolladas como Suecia, Noruega o Finlandia, que tienen tasas de suicidio muy superiores a las nuestras’.