Sencillas de cultivar, deliciosas en los platos

Tras cultivar en verano hortalizas voraces, consumidoras de nutrientes, el suelo o sustrato agradece que el siguiente cultivo en la rotación sea un cultivo capaz de devolverle su riqueza en nutrientes, como es el caso de las habas y el resto leguminosas de las que ya hemos hablado como son los guisantes. Los beneficios del cultivo de habas residen en que en sus raíces aparecen unos bultos o nódulos en los se establece una relación de simbiosis con bacterias Rhizobium según la cuál éstas le aportan nitrógeno a la tierra ya que fijar el nitrógeno atmosférico, a cambio de energía a través de productos de la fotosíntesis.

Recordamo con Paco Sáenz que además las raíces de las leguminosas en general, y de las habas en particular, deja la tierra con una buena estructura.

Todo ello por una preciada verdura, infravalorada durante años.