Las competiciones deportivas sacan lo mejor y lo peor de nosotros

El Comité de Competición de la Federación Asturiana de Fútbol ha clausurado por dos partidos el campo de La Peña, donde el pasado domingo, durante el partido de Preferente entre la AD Ribadedeva y el Nalón, hubo insultos racistas y machistas hacia el trío arbitral de algunos aficionados locales.

Según reflejó el colegiado Asnake Wolde en el acta, durante el encuentro se produjeron hasta cinco incidencias de una parte del público, que aludió a su "mierda de raza" como razón para "pitar tan mal" además amenazas de agresión a sus asistentes "con un bastón" e insultos a la juez de línea Sonia Güevea, a la que invitaban a ejercer la prostitución al término del encuentro.

La directiva del club alega, para no haber tomado medidas, que no se enteró, a pesar de que los gritos e insultos se escuchaban en todo el terreno de juego.

El club se ha comprometido también a "identificar" al sujeto o sujetos que profirieron los insultos y ha avanzado que se le prohibirá la entrada en el campo a quien fuese necesario para evitar un nuevo acto de este tipo, "sea socio o no".

Es lo que ocurría el pasado fin de semana en Asturias.

Todos los que hemos visitado un campo de fútbol, casi a buen seguro, hemos visto cómo hay aficionados que se acuerdan de la madre del rival, de la de los árbitros… y, en algunos casos, no tan infrecuentes como podamos pensar, se destapa el tarro de las esencias. Insultos racistas, si hay un jugador o árbitro diferente o simplemente si es mujer, caso en el que la misoginia se dispara hasta extremos insospechados… Y de ahí a la agresión física sólo hay un paso.

Falta de respeto, falta de educación.. y no es un problema de hoy, llevamos mucho tiempo viendo y soportando este tipo de comportamientos incívicos en el deporte, en general, y en el fútbol más en particular..