La visita real de María Luisa de Orleans

En el momento de la boda Carlos II residía en la corte madrileña y María Luisa de Orleans en París, por lo que, tras el protocolario envío de retratos a la pareja real para que al menos pudieran ponerse cara antes del enlace, se procedió a organizar el evento.

Antes siquiera de emprender el viaje, todo el protocolo necesario para atender a María Luisa de Orleans ya se había puesto en marcha. El concejo vitoriano había recibido notificación por carta de su llegada y enseguida comenzó a planear cómo sería el recibimiento que la villa le daría a la nueva reina de España. No era la primera ni sería tampoco la última vez que la ciudad acogería a un miembro de la realeza. Por su ubicación estratégica para las comunicaciones con Francia, a buena distancia de la corte de Madrid y de los puertos del Cantábrico, y cerca de Irún y Burgos, Vitoria era lugar de paso habitual de este tipo de personajes asociados a la corte y, cada vez que alguna reina, infanta, rey o príncipe tenía que hacer el viaje entre Francia y España hacía parada en nuestra ciudad. Por ello, ya había cierta experiencia en la gestión de este tipo de eventos que rompían la rutina durante algunos días y convertían la villa en el fastuoso escenario de una auténtica exaltación de la monarquía.