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Opinión

La Columna de José Félix Azurmendi (20/06/2015)

José Félix Azurmendi | Radio Vitoria

El Papa Francisco. Siguen dando que hablar los recientes resultados electores …  Lo de Vitoria-Gasteiz no le va a la zaga como ruido.

¿Con qué nos vas a sorprender hoy?

Qué dirá el Santo Padre que vive en Roma, que le están degollando a sus palomas, cantaba Violeta Parra, cantaron los Quilapayún, cantamos tantos para recordar a Chile, y Violeta además para recordar la sangre regada de Julián Grimau. Ahora ya sabemos lo que dice el Santo Padre que vive en Roma y no solo del cambio climático, como pensarán los que no pasan de los titulares.

Otro Papa atípico, Juan XXIII, ya dijo lo que pensaba en aquella década sesenta del siglo pasado que quiso cambiar el mundo, y a los poderosos de aquí y de allá  no les gustó nada. Al abertzalismo, el de siempre y el nuevo,  le gustó e hizo de aquella Pacem in terris guía y bandera, para enojo e indignación de los pilares político-eclesiásticos que defendían que aquí ya había paz y pan desde que se derrotó a rojos y separatistas.

Son otros los tiempos hoy. Otra la influencia de Roma en la sociedad. Otra la importancia que nuestros dirigentes políticos, entrenados en y para el pragmatismo, dan al Santo Padre que vive en Roma y sus salidas de tono. Y nuestros –es un decir- obispos, ¿que dirán, si dicen algo? Yo, por si acaso tomo nota, voy a estar atento.

Siguen dando que hablar los recientes resultados electores …

No me cuesta nada transitar de los sesenta del siglo pasado al día de hoy a la hora de pensar en este Andoain, interesada y parcialmente manipulado estos días. Fue Andoain uno de los pueblos más activos contra la dictadura franquista y por la causa nacional vasca. Localidad natal de Manuel Larramendi, de exiliados ilustres –los Barriola, los Egibar, los Arregi, los Ugalde-, de resistentes de EGI, Ekin y ETA, de líderes obreros y sindicales también, Andoain es desde muy atrás especialmente abertzale y activa. Es seguramente, junto a Hernani y Orereta, la que puso más muertos en los años de Transición y posteriormente, de uno y otro lado. En el campanario de su iglesia ondeó como emblema una enorme y desafiante ikurriña cuando ETA daba sus primeros pasos en enero de 1964. La historia resistente de este pueblo es muy rica y algunos, como Pontxo Iriarte, la han contado y se puede leer. Decía el otro día la alcaldesa en Berria que Andoain es mayoritariamente abertzale y progresista y que solo intereses ajenos pueden explicar todo lo que se ha vivido estos días, y para mí que tiene razón.

Lo de Vitoria-Gasteiz no le va a la zaga como ruido

Tampoco lo de Vitoria-Gasteiz se explica sin poner la mirada en intereses ajenos a la ciudad. Verdad es que para el PP vasco se trataba de una plaza fuerte, de un fortín en el que encerrarse a la espera de tiempos mejores, pero tampoco era para que pareciera que ahí se jugaba el futuro de su España. Se me ocurre que tal vez la necesitaran los populares, ahora que la del relato y la memoria parece ser la gran guerra, como una plaza fuerte para ese memorial de las víctimas del terrorismo a la medida que pueden ahora sentir amenazado.

De momento, el ex alcalde, ese digno descendiente de aquel Maroto del abrazo de Bergara, ha sido llamado junto al presidente Rajoy para salvar al partido. Ese parece ser el sino y destino de los alcaldes del PP en Gasteiz. Trabajo, a él y a Alfonso Alonso, no les va a faltar.