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Opinión

La columna de José Félix Azurmendi (12/12/2015)

José Félix Azurmendi

La invasión de la campaña electoral. Comportamiento de la sociedad vasca ante el franquismo. Elecciones al parlamento venezolano

La campaña electoral lo invade todo. ¿La sigues con interés?

Las elecciones generales nunca han sido las más cómodas para los partidos no sucursalistas, pero en esta ocasión Euskadi está desaparecida en campaña. Ni siquiera Catalunya, después de semanas y meses de protagonismo total, está siendo objeto de mayor interés. La batalla, con villancicos y la habitual publicidad navideña de juguetes, lotería y perfumes de fondo, se libra en otros terrenos y con otros protagonistas. Parece haber un gran número de indecisos, que tal vez sea un gran número de votantes tentados por la abstención, lo que está obligando a los expertos  a ingeniar nuevas estrategias y a los candidatos a entrar en un cuerpo a cuerpo en el que seguramente faltan por escenificarse  los momentos más duros.

Lo dice el Deustobarómetro y lo dice la calle cada día, la inmensa mayoría de los vascos quiere que haya un cambio de Gobierno en Madrid, pero también manifiestan su temor de que lo que venga se parezca demasiado a lo que hay. Si a las encuestas hay que creer y a la espera de que los indecisos se pronuncien, lo que se anuncia puede cambiar una vez más lo imprescindible para que todo siga igual.

Tx. Algo sin embargo te habrá llamado la atención en este panorama…

Hubo un amago de debate ayer en Radio Euskadi sobre el comportamiento de la sociedad vasca ante el franquismo. Defendió Lourdes que habría que hablar sobre el papel complaciente de muchos (no tantos corrieron delante de los grises, dijo); recordó Iñaki cómo fue la respuesta del régimen contra los que se le enfrentaron; sostuvo Bingen que fueron muchos los que no cayeron en la tentación de responder violentamente pero sin que eso quisiera decir que rehusaran a defender la lengua, la cultura, la economía del país. Una vez más, el relato del pasado como explicación del presente.

Llegaron las señales de las nueve y media de la mañana, y Dani tuvo que cortar el debate y dar paso al siguiente invitado. Aunque el moderador prometiera retomarlo, no es probable que tal cosa suceda con la naturalidad con la que ayer surgió en Radio Euskadi. Poco antes le había oído defender al candidato del PP por Gipuzkoa Borja Sémper que sería deseable que todos los representantes vascos se pusieran de acuerdo para defender en Madrid las cosas que comparten, como la capitalidad europea de Donostia, el Tren de Alta Velocidad y algo más. A veces, se oyen cosas que dan para la reflexión, incluso en campaña electoral.

Tx. ¿Algún comentario sobre los resultados de las recientes elecciones al Parlamento venezolano?

Además de lo evidente, que el Gobierno ha sufrido un varapalo espectacular y que la digestión de los resultados, para unos y otros, va a ser lenta y difícil, se me ocurre en efecto un comentario al margen. Las elecciones de Venezuela han sido tratadas por la prensa española, y en alguna medida por la vasca también, como si de una cuestión interna se tratara. Y los lazos históricos y familiares entre estos pueblos no me parece suficiente explicación para ese desmesurado interés. Con Argentina, por ejemplo, o con México o Chile y no digamos Uruguay, estos lazos son semejantes, si no superiores, pero las recientes elecciones del Cono Sur y las menos recientes de México no han recibido ni de lejos la misma atención de los medios de comunicación, ni han sido vividas con la misma beligerancia y pasión.

Esta semana, por ejemplo, Miguel Henrique Otero, presidente-editor del diario venezolano El Nacional, ha recibido el premio Luca de Tena que otorga el periódico ABC, con discurso de Vargas Llosa incluido. Hace unos meses, fue El País el que concedió el premio Ortega y Gasset a Teodoro Petkoff, director del semanario venezolano Tal Cual. En ambos casos, se trataba de reconocer sus combates por la libertad de expresión en un clima especialmente hostil. En el primer caso fue a propuesta de José María Aznar; en el segundo, de Felipe González, lo que demuestra que contra el régimen chavista -Por qué no te callas, que dijo Juan Carlos I- no están dispuestos a permanecer callados y son capaces de ponerse de acuerdo.

Me parece que algo más que lazos afectivos y solidaridad democrática tiene que haber detrás de estas inhabituales coincidencias.