Cerrar

Opinión

La columna de José Félix Azurmendi (09/01/2016)

José Félix Azurmendi

Unanimidad a la hora de elegir los grandes titulares. Enseñanzas para Euskadi. Las manifestaciones por los presos.

Tx. Unanimidad hoy a la hora de elegir los grandes titulares

En este segundo sábado del año recién estrenado los titulares de arranque  de los medios de comunicación coinciden en destacar la incertidumbre del desenlace del culebrón catalán, las manifestaciones a favor de los derechos de los presos vascos y la captura en Sinaloa del capo de la droga más mediático de México. También recuerdan los movimientos para la conformación del Gobierno en España, ante el que un sondeo de esta semana del Ejecutivo de Gasteiz evidencia que los ciudadanos de la Comunidad Autónoma Vasca lo que quieren sobre todas las cosas es que el PP desaloje la Moncloa y que los partidos nacionalistas contribuyan a ello si su concurso fuera necesario.

Aunque hay quien todavía recuerda que en el proceso independentista de Catalunya ha habido tantas sorpresas que aún puede deparar alguna, es ya casi inevitable una convocatoria de nuevas elecciones en ese territorio y es más que probable que el resultado de las mismas dibuje un escenario más de izquierda, más social y no menos soberanista. Los analistas más finos del sistema  no han dejado de recordarlo a lo largo del proceso, de recordar que era mejor que fuera Artur Mas el que pilotara la nave y no el incorruptible presidente de ERC, Oriol Junqueras, algo que ahora se presume más que probable.

Tx. Qué enseñanzas para Euskadi

Los partidos abertzales vascos han seguido el camino hacia la independencia puesto en marcha en Catalunya con distancia y cierta incomodidad. No estaba el PNV interesado en aventuras cuando vive su momento institucional más dulce, no lo estaba la izquierda abertzale, pendiente todavía de definir su papel futuro y digerir las advertencias de electores y militantes. Unos y otros siempre dieron por supuesto además que la vía catalana hacia una república independiente fracasaría. Lo que ni ellos ni nadie imaginaron es que el modo fuera el que parece ya inevitable.

La distancia con la que se ha seguido el proceso en Euskadi no ha evitado que en las redes sociales, ese magma tan difícil de asir y cuantificar, se establecieran y debatieran sobre paralelismos y diferencias con el Plan Ibarretxe y el apoyo que recibió de la izquierda abertzale; paralelismos entre Bildu y ERC o la CUP, entre el PNV y Convergencia; similitudes y diferencias entre el movimiento social catalán y el vasco. En todo caso, lo vivido en Catalunya y España depara enseñanzas valiosas que todos deberán tomar en cuenta en el futuro.

Por cierto, ha pasado cuasi inadvertido en este escenario el Análisis de Coyuntura presentado por Txiki Muñoz en el Consejo Nacional de ELA que defiende que el soberanismo debería esforzarse en ganar mayorías favorables al derecho a decidir en ámbitos sociales que no son abertzales. La oportunidad de la reflexión está fuera de toda duda.

Tx. El otro tema común es el de las manifestaciones por los presos

Un año más, un segundo sábado de enero más, decenas de miles de vascos saldrán a la calle a reclamar un derecho elemental para los presos vascos de motivación política y sus familiares y amigos. Una vez más, pero en vísperas de un escenario político nuevo y distinto. Los vascos que consideran prioritario que el PP abandone el Gobierno cuentan con un elemento añadido que afecta a su convivencia, y es justamente el de los presos. A estas alturas de la historia y las historias, hace falta ser muy canalla o vengativo para defender la dispersión y lo que ella genera. Y no hace falta ser abertzale para percibirlo así. Hoy serán dos las manifestaciones, la de Bilbao y la de Baiona. Arrancarán a la misma hora, concluirá una en el Ayuntamiento y la otra en la Plaza Roland Barthes, desde donde se comunicarán para intercambiar mensajes llenos de resonancias.