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Opinión

La columna de José Félix Azurmendi (27/02/2016)

José Félix Azurmendi

Una semana más y varios casos de corrupción más. ¿Son casos, o se trata de algo más? Declaraciones de Consuelo Ordóñez. Arnaldo Otegi sale de prisión el martes

Tx. Una semana más y varios casos de corrupción más que ocupan la atención social. ¿Son casos, o se trata de algo más?

Ha venido siendo práctica generalizada que los responsables de las finanzas de los partidos políticos mantengan una doble contabilidad y recurran a la generosidad de gentes de su entorno para sufragar campañas electorales, abrir sedes, organizar eventos, dotar fundaciones y demás. Ha venido siendo práctica generalizada que entidades bancarias y empresas, de la construcción en especial, fueran sensibles a estas necesidades, sin que explicitar las contrapartidas que de ello se pudieran derivar fuera preciso. Finalmente, se pensaba luego desde la dirección de las instituciones que estos partidos detentaban, puesto que alguien tiene que hacer la obra pública, mejor que lo haga la gente que conocemos y nos merece confianza, que vaya usted a saber quién.

Seguramente tiene razón Esperanza Aguirre cuando viene a decir que la sociedad ha vivido esto con naturalidad y que lo verdaderamente vergonzoso es, eso sí, que alguien se haya quedado para beneficio personal con fondos pedidos para el partido, así fuera con modos poco ortodoxos. Es probable que cuando algunos dirigentes políticos dicen que a ellos no les van a cazar como corruptos, lo que quieran decir es que ellos no se han metido en el bolsillo dinero que estuviera destinado al partido, aunque hayan mirado para otro lado, se hayan hecho los despistados y hayan hecho posible así la corrupción. Es probable también que la percepción social y judicial de esta práctica haya ido cambiando y que hoy no se acepte con la misma naturalidad e indiferencia, a la vista de la magnitud de los escándalos conocidos y la notoriedad de sus protagonistas. Eso se habría conseguido. De algo habría servido para el futuro.

Tx. Ha afirmado Consuelo Ordóñez en una entrevista de estos días que el terrorismo había dejado de dar votos y por eso habría desaparecido.

Pienso que se estaba refiriendo al terrorismo de ETA. No creo que quisiera decir ella que hubiera dado votos a las formaciones políticas víctimas de ETA, como sucedió, aunque a un alto y doloroso precio. Si lo que quería decir es que la actividad violenta de ETA había dado votos a la izquierda abertzale y que solo cuando constataron que ya no les reportaba beneficio electoral la abandonaron, no estaría yo de de acuerdo. Verdad es que es ETA la que hace posible la creación de EIA, de Euskadiko Ezkerra, de Herri Batasuna, en un tiempo en el que buena parte de la sociedad vasca la entiende y acompaña, pero también es verdad que pronto se convierte en un lastre a la hora de hacer política más o menos normalizada, a la hora de captar votos. Euskadiko Ezkerra se quitó pronto esa rémora; la otra izquierda abertzale no quiso, no pudo o no supo hacerlo hasta muchos años después. ETA que había impulsado y hecho posible el nacimiento de Herri Batasuna pareció sentir miedo de su fortaleza y de la independencia con la que empezaba a actuar, y arbitró diversos modos, estrategias y controles para que la que tenía por criatura propia no se le fuera de las manos. El proyecto imaginado por ETA poco tenía que ver con planteamientos electorales y ocupación de escaños, y no supo interpretar correctamente que las treguas dieran votos a la izquierda abertzale y se los quitaran sus atentados, muy especialmente algunos de ellos. Se podría decir a mi juicio que la izquierda abertzale, mientras le dejaron, supo mantener una cuota importante de votos, a pesar de la estrategia de ETA.

Tx.  El martes sale de prisión Arnaldo Otegi

Parece significativo que las últimas visitas de políticos que ha tenido Otegi en prisión hayan sido las del portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardá, y el ex diputado de la CUP David Fernández. Una semana antes le había visitado el ex presidente del PSE Jesús Egiguren. Los primeros pasos y declaraciones del líder de la izquierda abertzale van a ser seguidos con mucha atención, y no solo por el Ministro del Interior y sus derivaciones. Nadie parece dudar de que su presencia influirá de manera importante en el futuro político de la izquierda abertzale, que muchos sitúan precisamente entre lo que Tardá y Fernández representan en Catalunya. A Arnaldo Otegi se le espera también en Madrid, en Barcelona, en Santiago y en Sevilla, donde tendrá una ocasión irrepetible para explicar su proyecto de futuro para Euskal Herria y el Estado. ¿Cuándo fue la anterior vez en que un líder de la izquierda abertzale fue atendido fuera de Euskadi? No le va a faltar tarea.