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Opinión

La columna de José Félix Azurmendi (14/05/2016)

José Félix Azurmendi

Tiempo de descuento electoral. Juicio contra en presidente de Sortu, Hasier Arraiz. Coexiones vascas en los Papeles de Panamá

Tx. Estamos en tiempo de descuento electoral…

JFA. Hemos entrado en la danza de los nombres y las candidaturas. Salvo en el caso del PNV, que las repite en su totalidad y se ahorra así otro complicado proceso interno, el resto de partidos afina  y retoca propuestas y las justifica en lo aprendido en la última y reciente consulta.

Algo me he perdido en el camino si la apuesta fuerte por la renovación de Euskal Herria Bildu de la que habla Gara es poner a Oskar Matute de cabeza de lista por Bizkaia: solo se me ocurre que tenga que ver con cuotas y la necesidad de presentar un rostro que no le obligue a estar permanentemente respondiendo del pasado.

Se encuentra a gusto Pedro Sánchez entre los socialistas vascos y tal vez sea eso lo que le animó a presentar en plena calle a Idoia Mendia como la siguiente lehendakari. El candidato socialista ha anunciado con gran satisfacción igualmente el fichaje de Margarita Robles como número 2 por Madrid, una magistrada que dejó buen recuerdo entre nosotros y que Felipe González, Corcuera y compañía lo han debido sentir como una patada en salva sean sus partes.

No sé por qué me da que detrás del no acuerdo entre Geroa bai y Bildu  para concurrir juntos y la elección de Daniel Innerarity como cabeza de lista de Geroa bai hay algo más de lo que se dice: Patxi Zabaleta, seguro que lo sabe.

Otras cuestiones igualmente improcedentes: ¿Sabe alguien qué fue de Arantxa Quiroga? ¿Quién es capaz de recordar los cabezas de lista en la Comunidad Autónoma Vasca de Podemos-Ahal dugu? ¿Quién conoce a los representantes legales de Izquierda Unida-Ezker Batua con los que éstos deberían acordar candidaturas? ¿Se le ocurre a alguien el repuesto a Garbiñe Biurrun? ¿Qué le queda a Urkullu por inaugurar, qué presentaciones hacer o en qué foros participar antes de que a alguien se le ocurra pensar que está en activísima campaña?

Tx. No se conoce todavía la sentencia del juicio contra el presidente de Sortu Hasier Arraiz

JFA. El proceso invita a la reflexión. ¿Es aceptable, para eludir la cárcel, reconocer una integración en ETA que no existió? ¿Qué hubiera sucedido si Hasier Arraiz, desoyendo el consejo de su abogado, hubiera optado por decir la verdad? ¿Cómo hubiera sido recibido el gesto por los simpatizantes de la izquierda abertzale en general y los presos de ETA y los que ese mismo día estaban siendo juzgados en Madrid acusados por integrar el Frente de Cárceles en particular? A quienes conocieron cuando no protagonizaron juicios de ruptura y denunciaron una legalidad contraria a sus conciencias se les tiene que hacer muy duro ver cómo se aceptan cargos falsos o indemostrables para eludir la prisión. Que sea Juan Luis Ibarra, aquel abogado laboralista de Euskadiko Ezkerra ex asesor del biministro Belloch que votó ‘no’ a la Constitución, el presidente del tribunal que debe fallar sobre el futuro carcelario de Arraiz puede ser visto como una ironía de la historia. Que el Palacio de la Justicia española esté junto al solar de los Arana en el que hoy se alza la sede central del PNV, tampoco parece una coincidencia.

Tx. Se sabe que hay conexiones vascas en los Papeles de Panamá, pero no quiénes están detrás

JFA. Mientras se desvelan los nombres de los vascos que refugiaron sus dineros en Panamá, hay otras referencias y refugios que recuerdan que los lazos entre ese país que une océanos y continentes y este pequeño país nuestro del Golfo de Bizkaia son lejanos y estrechos. Un cónsul de ese país facilitó a José Antonio Agirre  la falsa identidad  con la que pudo salir de la Alemania nazi; a ese país deportaron a los primeros refugiados de ETA; a ellos y al dictador Noriega dio asilo en la nunciatura vaticana el pasaitarra monseñor Laboa tras la invasión norteamericana; en aquellas aguas hizo contrabando y espionaje el cojo Lecube, el primo más aventurero del lehendakari Agirre; en ese país se refugió, antes de marchar a Cuba, Astigarrabia, aquel consejero comunista demasiado nacionalista para la ortodoxia de su partido; marinos y pescadores vascos siguen faenando en sus aguas y dirigiendo maniobras en su Canal; navarro es el primer cardenal que ha tenido el país y religiosos y religiosas vascas de órdenes diversas han venido dejando en miles de panameños y panameñas su particular sello. Los lazos conocidos y confesables son estrechos y lejanos: quedan por conocerse los inconfesables.

Y entre tanto, esta semana, se ha ido en silencio José Mari Eskubi Larraz, aquel brillante estudiante de Medicina en el que Jorge Oteiza creyó adivinar al Ché vasco.