Sabatina
La columna de José Félix Azurmendi (05/11/2016)
Reflexiones sobre el nuevo Gobierno de Mariano Rajoy y las elecciones presidenciales de los Estados Unidos
Tx. Rajoy y su Gobierno han dejado de estar en funciones. ¿Muchas sorpresas en el nuevo equipo?
JFA. Ya hay gobierno en España, ya se conoce su composición. No ha habido sorpresas, tampoco se esperaban: así es el estilo Rajoy se dice. Tampoco las críticas de la oposición han sorprendido. Ha dicho en la primera comparecencia su nuevo portavoz haber recibido instrucciones de fomentar y practicar el diálogo y el pacto. No hay todavía Gobierno en la Comunidad Autónoma Vasca, pero nadie parece preocupado, dando por supuesto que tampoco aquí habrá sorpresas. Las sorpresas deberán esperar a que los nuevos parlamentos se pongan en marcha, a que las nuevas correlaciones de fuerza se hagan sentir.
Tx. Hablemos pues de asuntos menos previsibles
JFA. Los que todavía no hayan perdido del todo capacidad de asombro y vergüenza deben seguir haciéndose cruces por el despliegue y las maneras con las que casi todos los medios de comunicación están tratando el caso del beneficio que un joven veinteañero le sacó a la venta de un piso que había decidido no habitar. Ponerse a explicarlo ante docenas de cámaras y plumillas como si el asunto lo mereciera ha sido muy torpe por su parte y muy sonrojante por la parte de los periodistas. Se han producido más de un episodio esta semana que invita a reflexionar sobre la propiedad de los medios de comunicación, sobre línea editorial e informativa, sobre el papel del profesional y su indefensión ante una patronal que tiene cuantos relevos quiera para prescindir de él al menor gesto de rebeldía. Nunca fue este oficio fácil, pero hace tiempo que las cosas no se hacían tan burdamente.
Dijo Le Monde un día, y tampoco él es lo que fue, que el diario El País era uno de los frutos más nobles de la nueva democracia española. Dijo durante mucho tiempo el diario independiente de la mañana, luego el diario global, que su solvencia económica era la mejor garantía para su línea editorial y para su libertad a la hora de informar. Sería oportuno preguntarse hoy por cuándo perdió ambas. Los medios de comunicación están quebrados, y su independencia, los que alguna vez la tuvieron, también. Hay ocasiones en las que lo más inteligente y lo más digno es callar, no dar explicaciones, porque el que las pide no se las merece. Le hubiera aconsejado al senador de Podemos cuestionado por algo que no lo merece, que contestara a la campaña en su contra y en contra de su partido, con el silencio.
También le hubiera aconsejado a la directora de Etxepare Aizpea Goenaga que no diera explicaciones que parecían justificaciones por la designación de Sarrionandia como lector de euskera y cultura vasca en la Universidad de La Habana. Los que las pedían no las merecían, nunca iban a darse por satisfechos, y la gente bien intencionada no podía sino aprobarlo y felicitarse por ello. Por cierto, ¿había alguien todavía que se hubiera interesado por ello que no supiera que Joseba estaba en Cuba?
Por callar ante el puñetazo al dirigente del Partido Popular Nacho Toca parece haber optado la izquierda abertzale, y me parece un acierto, como me parece un acierto que haya condenado la pintada en el portal de María José Usandizaga, sea cual fuera la intención del provocador de turno.
Tx. Nunca antes las elecciones presidenciales de los Estados Unidos habían estado tan presentes entre nosotros
JFA. Algunos parecen haberse sorprendido y hasta indignado con las declaraciones a favor de Trump de dos vascoamericanos nacidos en Markina. Históricamente, los vascos de Nevada e Idaho han votado republicano, influidos muchos de ellos por el liderazgo de Peter Cenarrusa y Robert Laxalt. Hay una foto del entonces lehendakari José Antonio Ardanza montando a caballo junto al presidente Reagan, que le hizo el honor de recibirle en su finca gracias a las gestiones de su asesor Laxalt y su amigo Cenarrusa. En aquellos días, el entonces candidato José María Aznar hacía infructuosos pasillos y recursos a lobbys para ser recibido en la Casa Blanca. Hoy, los políticos más influyentes de la colectividad que elige como referente el ancestro vasco se mueven por el contrario en el partido demócrata. Los veteranos como el entrevistado Beristain siguen votando republicano, pero sus hijos no, pero unos y otros, como tantas veces y en tantos lugares, votan más en contra que a favor de. Pronto saldremos de dudas, pero seguiremos sin entender ni el proceso ni la lógica electoral de una sociedad tan compleja y distinta.