CRONICA DE EUSKAL HERRIA
José Félix Azurmendi comenta la actualidad en "Alguien te está escuchando"
La disolución de ETA, el acto que tuvo lugar en Kanbo y el final del juicio por el caso Alsasua con objeto del análisis de Azurmendi
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Sabatina del 5 de mayo de 2018
Radio Vitoria – José Félix Azurmendi
Tx. Pocas veces tan fácil de elegir el tema de la semana
JFA. Se suele decir que está bien lo que bien acaba. ¿Acaba bien ETA? Es llamativo que un final que podía haber sido visto como el reconocimiento de su derrota haya adoptado finalmente la forma de una victoria, haya sido percibida por muchos de quienes podían tenerse por vencedores como una derrota. Ayer, en Kanbo, se escenificó solemnemente el final de unas siglas que han cobijado muchas situaciones diferentes, muchos actores y acciones distintas a lo largo sesenta años. Ayer en Kanbo se desmintió también a quienes desde mediados de los ochenta, con aceptación creciente ante la opinión pública, se han esforzado en trasladar la idea de que ETA era una banda, una banda terrorista, pero sobre todo una banda, y sus militantes, colaboradores y simpatizantes, unos por tanto bandoleros. Las bandas no acaban así, por voluntad propia y con una cobertura internacional y nacional como nunca antes había tenido acto vasco alguno, y eso ha molestado a unos y ha hecho justicia a otros.
Me ha perecido un acierto de ETA la elección de los encargados de dar el cierre, José Antonio Urrutikoetxea y Soledad Iparragirre, porque, a falta de fundadores vivos que hubieran podido representarla, son los que más cerca del comienzo estuvieron y mejor representan a la parte de ETA que ha llegado a este final. El Abc del 7 de junio de 1975 informaba de un atentado fallido en Bayona contra el domicilio de un refugiado vasco llamado Josu Urruticoechea, que costó la vida a uno de los que manipulaba la bomba y heridas a dos de sus acompañantes. Ya entonces, Urrutikoetxea era considerado por la Policía española un miembro relevante de ETA, ya entonces, y no era impedimento para intentar acabar con él que estuviera acompañado en ese domicilio por su mujer y un hijo. Desde entonces y hasta ayer, él, como ningún otro, ha estado presente en toda la actividad de la ETA que se ha autodenominado militar. Soledad Iparragirre ha sido también una militante relevante de primera hora, hija de colaboradores de la organización –de la banda, que dirán otros- y compañera de otro dirigente, Mikel Albizu, hijo este de uno de los fundadores de ETA. Estas y otras consideraciones han debido estar presentes, con seguridad, a la hora de elegirlos para ese acto final.
Tx. Ha sido protagonista en Kanbo también una niña de Gernika
JFA. Internacionalmente, ninguna imagen mejor que la de Gernika para reflejar la pervivencia de un conflicto que viene de atrás, que antecede al nacimiento de ETA, que seguirá estando presente en la sociedad vasca hasta que se le dé una respuesta democrática y satisfactoria. Que fuera una persona joven la que leyera en euskera el comunicado final está lleno de mensajes. Se han empeñado algunos en defender que en Euskal Herria no había otro conflicto que el provocado por la banda terrorista ETA: el acto de ayer de Kanbo, con la presencia y las palabras de muy importante representantes de la comunidad internacional, ha sido también un mentís a esa postura. Se escandalizaron algunos cuando en el comunicado de más fondo que ETA ha publicado en estos días mencionó el bombardeo de Gernika, cuando se remitió a su juicio a algo tan lejano y ajeno para justificar su nacimiento. Para muchos en este pueblo, por mucho que se empeñen otros, el relato del dolor no empieza con ETA, y es el recordatorio de lo que pasó en Gernika y de lo que no se contó y lo que se contó mal un buen recordatorio a la hora de plantearse la última batalla, que no es otra que la del relato.
Tx. Concluyó ayer el juicio contra los jóvenes de Alsasua
JFA. En medio de la vorágine informativa de estos días, ha pasado más desapercibido el final del juicio de Altsasu, pendiente ya solo de la sentencia. Decía ayer en su alegato final uno de los abogados de la defensa de dos de los procesados que ser abertzale y de izquierdas no es ser terrorista, como se he pretendido. Ha habido antes abertzales y de izquierda que no eran ni estaban de acuerdo con la actividad de ETA, los hay hoy y los habrá en el futuro, que es precisamente el reto que tiene ante sí la izquierda abertzale ahora que no está lastrada por la presencia de la organización armada, que es como la llamaban ayer las personalidades de Kanbo. A la espera de la sentencia, que no se espera ni justa ni proporcionada, es el de los presos políticos vascos, que es como les denominaron ayer en Kanbo, a los que nunca debieron haberse añadido estos jóvenes de Altsasu, el gran asunto pendiente de solución.
Queda mucho por hacer y contar, pero nunca se podrá utilizar el terrorismo vasco para justificar en adelante las medidas de excepción. Queda la reconciliación, se dice, pero eso no se decreta, se practica, ya se viene hace años practicando.