Crónica de Araba
Vitoria entre la prisión y la memoria permanente y revisable
La sentencia con prisión permanente revisable para el asesino confeso de Alicia y el pase en el Festival de Cine de Donostia del film del 3 de Marzo remueven la memoria y la conciencia en Gasteiz.
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No es fácil abstraerse de una agenda política que, intoxicada por grabaciones fragmentadas, cuestionan por entregas desde las reconocidas cloacas del Estado la legitimidad de altos responsables institucionales, hasta el punto de poder provocar prematuramente el final de una convulsa legislatura.
Si acercamos el foco a la actualidad más próxima observaremos que el pasado miércoles se hizo pública en la Audiencia Provincial de Alava la primera sentencia de prisión permanente revisable en Euskadi, la tercera en el conjunto del Estado, para condenar al asesino confeso de la pequeña Alicia de 17 meses.
La exultante satisfacción con la que han valorado el fallo desde la acusación particular de la Asociación Clara Campoamor, se traduce en una tranquilidad parcial o alivio temporal en los progenitores de la Alicia, porque no hay sentencia que les devuelva a su hija ni compense el dolor de tan injustificable tragfedia..
Daniel Montaño, natural de Sevilla, de 32 años, profesor de saxofón y ex miembro de la banda municipal, pasará entre 25 y 35 años en la cárcel, bajo prisión permanente revisable, y además tiene otros siete años y medio de condena por el intento de homicidio de la madre.
El Jurado Popular y el magistrado, Jesús Poncela, no han concedido credibilidad alguna a los argumentos, basados en la enfermedad mental, de una defensa que ahora se dispone a recorrer el camino de las apelaciones en instancias superiores; Tribunal Superior de Justicia del País Vasco y Supremo, en su caso.
Desde la acusación particular se sostiene que la sociedad está a favor de este tipo de penas. Sin embargo también hay opiniones contrarias a la dureza que encierra la prisión permanente revisable, introducida en última reforma del Código Penal, con los únicos votos de la mayoría absoluta del Partido Popular.
Para los más críticos se trata en definitiva de una cadena perpetua encubierta y sostienen que legislar en caliente, aprovechando el clamor social que aflora ante crímenes execrables, no es positivo ni garantiza una estrategia jurídico- penal efectiva. La venganza no es el camino y sostienen que el endurecimiento de los castigos no parece reducir la criminalidad.
La sentencia ha venido a coincidir en el tiempo con el horrendo crimen de Maguette en Bilbao, que parece querer competir en el ranking de la tétrica monstruosidad de la violencia machista. Resulta difícil saber dónde hay mayor degradación humana, si en arrojar por la ventana a un bebé de 17 meses o dejar dos niñas de dos y cuatro de edad junto al cadáver degollado de su madre. El presidente del Tribunal Suprior de Justicia del País Vasco, José Luis Ibarra, y la Consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, han hablado en el caso de Maguete, de un fracaso con mayúsculas la Justicia y de los sistemas de protección.
Miguel Lorente, profesor de Medicina Legal y ex delegado del gobierno para violencia de género nos ha recordado esta semana en Radio Vitoria que estamos ante el principal problema de la sociedad actual pero subraya, sin embargo, que en las mismas encuestas del Cis- del Centro de Investigaciones Sociológicas- se demuestra una evidente falta de sensibilización, porque sólo el 1,9 por ciento la población lo reconoce como un grave problema.
Con una media de sesenta mujeres muertas al año en el conjunto del Estado Español, seiscientas maltratadas y novecientos mil niños en situación de riesgo, estamos hablando- nos recuerda Miguel Lorente- de un fracaso social porque desde las instituciones no se está respondiendo adecuadamente ni utilizando todos recursos necesarios. Convivimos con la invisibilidad de una violencia – la del maltrato a la mujer- que genera homicidios y con la asignatura pendiente de no acertar con las medidas de detección.
En la actualidad de esta semana el nombre de Vitoria ha tenido un capítulo especial en el Festival de Cine de San Sebastián con el pase de largometraje inspirado en los sucesos del 3 de Marzo de 1976. Ficción y realidad para difundir los trágicos acontecimientos