Crónica de Euskal Herria
José Félix Azurmendi nos relata su crónica de Euskal Herria
José Félix Azurmendi analiza la actualidad en su crónica de Euskal Herria
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Tx. Se siente ya la inminencia de las consultas electorales
JFA. Se siente y se huele, decía ayer un colaborador de Euskadi Irratia que siempre dice cosas interesantes. Se huele en el alquitrán de los parches que menudean por todas partes, explicaba él, y yo añadiría que se percibe en el cierre de obras que se habían ralentizado para mejor ocasión, en los soterramientos que se anuncian, en las aceras que se recomponen, en el rejuvenecimiento de las plazas, en los accesos y en los servicios que se mejoran, en un sinfín de operaciones de bajo nivel, si se quiere, porque hay que evitar las estridencias, pero que conforman un clima nada inocente de optimismo y bienestar.
Pero en este clima preelectoral no todo son pequeños gestos. Afloran también viejos contenciosos que, si se tratan mal, pueden provocar temblores cuando no terremotos. El director de Berria, Martxelo Otamendi, entrevistó hace unos días al secretario general del PSC Miquel Iceta y le preguntó qué mayoría independentista sería necesaria a su juicio para que España se decidiera a aceptar la evidencia: ¿la mitad, más de la mitad, sesenta, sesenta y cinco por ciento? A Iceta le pareció que una mayoría del 65% sería suficiente para echar a andar un proceso que requeriría unos cuantos años y podría acabar en consulta. Otamendi ha reconocido luego que mantiene una buena relación con Iceta, que si el 65 no le hubiera parecido suficiente hubiera seguido proponiendo porcentajes más altos, hasta el 90 por ciento incluso, porque de lo que se trataba era de poner en evidencia que ninguna mayoría satisfaría ni sería aceptada por España: dejar en evidencia que lo de que no se puede emprender la vía unilateral con el actual equilibrio de fuerzas no es más que un pretexto, porque lo que se niega es que los catalanes, por sí solos, puedan decidir su futuro.
Buena parte de los medios de comunicación españoles han cogido el rábano por las hojas y han interpretado, escandalizados y encantados, que Miquel Iceta estaría de acuerdo con un referéndum de autodeterminación si lo pide el 65% de los catalanes. La oficina del dirigente catalán ha filtrado por su parte a medios amigos, según Otamendi, que el periodista llevó el agua a su molino y le hizo reconocer lo que no tenía intención alguna de decir, valiéndose tal vez del buen rollo entre entrevistador y entrevistado, y desprevenido por tratarse de una insignificante revista –de revista han calificado a Berria- en euskera, esto lo digo yo, no la oficina de Iceta. En Euskadi también se ha venido hablando de porcentajes necesarios –desde hace un tiempo bastante menos- por parte de dirigentes socialistas e intelectuales de su órbita para ocultar que lo que en realidad está en cuestión es que se les niega a los vascos, como a los catalanes, el derecho a decidir su futuro, independientemente de que lo pidan el 51%, el 65% o casi todos.
Tx. No ha sido Iceta el único socialista catalán que se ha metido en líos esta semana
JFA. En efecto, también otro dirigente socialista catalán, el ministro de Asuntos Exteriores Josep Borrell, lo está pasando mal. Entrevistado por un periodista de la televisión pública alemana -interrogado, según su versión- sobre el proceso catalán, los presos políticos, Gibraltar y otras cuestiones sensibles, montó en cólera, cortó la grabación y solo por consejo de sus asesores accedió luego a continuar y concluirla, para tener ocasión de paso de insultar al periodista, llamarle mentiroso, reprocharle que solo le interesaran ciertas cuestiones –nunca positivo, siempre negativo, que habría dicho aquel entrenador del Barça- y darle ocasión también al periodista de recordarle lo que debería ser una obviedad, pero que por estos lares no lo es, que el interés de las preguntas no las marca el entrevistado sino el entrevistador.
No ha sido la mejor semana del colérico y sobrado ministro de Asuntos Exteriores, por culpa también de los parlamentarios franceses que han denunciado el procés y por culpa del presidente de México, que ha pedido que la espada y la cruz que sometieron a sangre y fuego a los pueblos originarios de América pidieran disculpas a través de un relato histórico que deje de hablar de descubrimiento, encuentro de culturas, hermanamiento, cristianización, colonización y demás encubrimientos, y recupere la verdadera memoria colonial, que es lo que López Obrador ha propuesto en definitiva hacer. El asunto de los pueblos originarios de América ha sido siempre un plato de mal gusto para todos los gobiernos americanos, representantes en definitiva de cualquier cosa menos de los pueblos originarios, y el presidente López Obrador así lo ha reconocido y por eso que se ha incluido en la necesidad de un nuevo relato y una nueva actitud ante esa realidad incómoda. Todo esto me lleva a recordar aquel telegrama que Manuel Irujo envió a Miguel Angel Asturias para felicitarle por el premio Nobel de Literatura recibido, para felicitarle por su sensibilidad hacia los pueblos indígenas de Centroamérica, y para recordarle que los vascos éramos los indios de Europa.
Tx. ¿Habrá en nuestra comunidad adelanto electoral, como sugieren algunos?
JFA. Escuché las palabras del portavoz del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka, que han dado pie a especulaciones sobre una posible adelanto electoral en el Comunidad Autónoma Vasca, y la verdad es que no deduje de ellas lo que otros parecieron deducir. La entrevista era para Euskadi Irratia, en euskera, lo que tampoco habrá facilitado que todos lo interpretaran correctamente. Yo le creo al lehendakari cuando dice que esa cuestión ni se la ha planteado. Le creo porque no suele mentir, y porque no me parece que sea interés del PNV desaprovechar una parte significativa de una legislatura en definitiva tan cómoda para ellos como la que discurre. También esta especulación habría que analizarla a la luz de este ya omnipresente y agobiante clima preelectoral.