Crónica de Euskal Herria
José Félix Azurmendi nos relata su crónica de Euskal Herria
José Félix Azurmendi analiza la actualidad en su crónica de Euskal Herria
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Tx. Y mañana, a votar
JFA. Mañana, a votar con tres papeletas y tres sobres. Y pasado mañana, a hacer números y balances, a olvidarnos de los excesos que se hayan podido escuchar en esta última semana y comprobar que todo seguía más o menos igual. Se le puede llamar normalidad democrática, democracia asentada o, si se prefiere, estabilizada, profesionalizada. Me refiero, naturalmente, a la sociedad vasca y al que, cada vez con más argumentos, se conoce como oasis vasco. ¿Quiere esto decir que no hay problemas entre nosotros? No, por supuesto, pero en la comparación con el ambiente crispado de nuestros vecinos el balance es satisfactorio. Nuestros políticos, también aquí cada vez más profesionalizados, comparados con los españoles, son unos benditos a la hora de tensar el ambiente con descalificaciones a sus oponentes. Nuestros políticos no han perdido totalmente la vergüenza, como algunos de los colegas de su entorno. NI siquiera en Nafarroa, donde se juegan asuntos de tanto calado, se ha hecho excesiva sangre. Por eso que no sea voluntarista ni ingenuo pensar que mañana se votará con normalidad, sin demasiado entusiasmo también, como corresponde a un colectivo civilizado, y que a partir del lunes todo seguirá, en efecto, más o menos igual.
Las campañas no son lo que eran, se dice, pero no es algo que haya sucedido de repente y no se trata sino de una adaptación a los tiempos y a sus avances tecnológicos. Recuerdo con nostalgia aquella pintada ácrata, minúscula, hecha con un rotulador en la pared de la iglesia de San Nicolás de Bilbao, que reclamaba en los inicios de nuestros tiempos electorales igualdad de oportunidades al grito de “abajo el spray”. Porque este invento contra las brochas, los potes llenos de tinta y las escobas a modo de pinceles no es de siempre: fue un gran avance hoy desaparecido. A no tardar, y algunas ventajas medioambientales devendrán de ello, las votaciones, como las campañas, serán electrónicas: lo extraño es que no lo sean ya. No habrá entonces ese derroche inútil de papel que en esta última semana ha sido exagerado.
No desmentiré a quien deduzca de esta introducción en el día oficializado para la reflexión que no tengo nada que decir que no se haya dicho y redicho ya a modo de eslogan, consigna, mensaje básico que hasta los más sordos y despistados habrán necesariamente interiorizado. Después de ver la madurez y sensatez con la que los vascos y las vascas votaron en la consulta de hace un mes, nadie debería tener dudas sobre la madurez y sensatez con las que lo harán también mañana.
Tx. Opinas pues, que la campaña ha sido aquí tranquila, nada crispada
JFA. Y que ni siquiera el intento de meter cizaña con la extemporánea detención de Urrutikoetxea y la visita de la cúpula española de Ciudadanos a su localidad natal la ha alterado. Por cierto, uno de los firmantes internacionales de la Declaración de Bruselas de marzo de 2010 ha recordado con este motivo que el detenido jugó un papel determinante en el giro de la izquierda abertzale hacia comportamientos “exclusivamente políticos y democráticos”, “en ausencia total de violencia”; ha recordado que ETA declaró en 2018 ser consciente del mucho e irreparable dolor causado y de que su lucha había perjudicado a personas que ninguna responsabilidad tenían, causando daños imposibles de deshacer: pedía perdón por ello, aunque fuera consciente de que sus palabras “no compensarán lo que sucedió ni disminuirán el dolor”. A muchos les parecerá insuficiente, pero a otros, desde la distancia, les parece algo muy poco habitual en este tipo de organizaciones. Algún día habrá que reflexionar sobre todo esto, pero no en tiempo electoral, cuando solo se usa y sirve para fines que poco tienen que ver con la pacificación de los espíritus.
Tx. ¿Y para terminar?
JFA. Para terminar, tomar nota de que a nuestros equipos masculinos de fútbol profesional no se les han dado bien sus aspiraciones de competir en Europa, pero que el año que viene, por primera vez, habrá cinco equipos vascos en primera división, habrá por primera vez cinco entrenadores euskeroparlantes al frente de ellos. Por eso que se entiende mal que el Athletic haya importado un entrenador erdeldun para su equipo femenino, precisamente ahora, en un tiempo en el que la mayoría de sus componentes son bilingües. Cada quien puede elegir la lengua que quiera para comunicarse, pero es suficiente un elemento distorsionador para condicionar a todos y todas.