Cerrar

Crónica de Euskal Herria

José Félix Azurmendi nos relata su crónica de Euskal Herria

José Félix Azurmendi analiza la actualidad en su crónica de Euskal Herria

Your browser doesn’t support HTML5 audio

Sabatina del 7 de diciembre de 2019

Radio Vitoria – José Félix Azurmendi

 

Rak. ¿Por dónde le entramos a esta semana de puente y celebración?

JFA. No voy a hablar hoy ni de presupuestos, ni de nuevos estatutos, ni de derechos a decidir o a desdecirse; no hablaré de los nuevos parlamentos en Madrid, ni de los modos y maneras como se montaron, ni de las conversaciones más o menos discretas para la formación de un gobierno que se pretende de progreso; tampoco de las pensiones y los jubilados, y menos de la inmaculada Constitución, que era como la llamó José Bergamín, que algo sabía de monarquías y repúblicas, y de la historia y las historias de España. Hablaré, como casi todo el mundo, del cambio climático y de la cumbre que está teniendo lugar en Madrid, porque en Brasil y en Chile era imposible, y a la que por fin llegó ese fenómeno mediático que se llama Greta Thunberg.

No seré yo quien contradiga ni niegue los atentados contra la madre naturaleza y las consecuencias que tendrán en las generaciones futuras, pero la manera como se están abordando estos asuntos en los mass media me ha hecho recordar lo que le oí a un jesuita comprometido con los pobres de El Salvador por la manera como analizábamos y afrontábamos las amenazas y reclamaciones de todo tipo en nuestras sociedades: lujo de europeos, me dijo. No digo yo que el recalentamiento de la madre tierra no sea un peligro real, pero sí que la manera como se explica y se proponen medidas correctoras se hacen a la europea y sus lujos mentales. El espectáculo montado en derredor de la adolescente sueca me recuerda más a un mito rockero que a campañas ecologistas y serios compromisos conservacionistas. Veremos lo que dura la efervescencia que rodea esta cumbre auspiciada por unas Naciones Unidas tantas veces desmentidas, veremos en qué se concretan las buenas declaraciones de intenciones de sus protagonistas y de esa parte de la juventud europea aparentemente muy concienciada. ¡Ojalá una vez más los ajustes no sean sobre todo con los más débiles!

Rak. Sigamos con otros asuntos. ¿Por ejemplo?

JFA. No es la primera vez y no será la última que me refiero a un programa de radio en euskera como regalo para los que no lo entenderían o no lo atenderían. No es la primera vez que menciono el de Maite Artola en Euskadi Irratia. En esta ocasión para comentar la entrevista –tal vez debería llamarla de otra manera, porque más que entrevista fue documento- que hizo posible con la esposa y los hijos del abogado de presos Jon Enparanza, preso él mismo y la abogada Arantza Zulueta para que otros accedieran a la libertad.

No son las razones que le mantienen preso y disperso, que también quedaron claras, las que más me interesaron. Lo más emocionante fue la manera como Maite preguntaba y madre e hijos respondían sobre cómo ha venido afectando a sus vidas diarias la larga estancia del padre en prisión, siempre lejos, siempre sujeto a cambios y castigos añadidos. Pero no están solos, tienen una cadena de solidaridades, y no es la menor la de Ana, viuda porque ETA mató a su marido. Hubo por parte de la madre y esposa una denuncia grave, cuando dijo que ningún partido político, ninguno, y ninguna institución había hecho del fin de la dispersión prioridad y que si lo hubieran hecho, se habría acabado hace tiempo. Dijo también que ella ya no votaba. No se ocultaron los malos momentos físicos y psíquicos. Y no lo dijeron, pero quedó clara la madurez de unos niños obligados a cuidarse entre sí y a cuidar de sus padres en más de una ocasión. Jon sale de prisión a primeros de marzo y ya saben que harán, además de cuidarle mucho.

Rak. En un día como hoy es obligada la referencia a la Azoka de Durango

JFA. Seguramente será hoy el día fuerte de la Azoka de Durango, seguramente será la música, lenguaje universal, el producto más demandado, junto a las novedades que autores consagrados destinan desde hace años a estas fechas y a este escaparate, junto a primicias que siempre encierran sorpresas, junto a novedades que actualizan soportes y contenidos. Uno de los actos más simbólicos se escenificará cerca pero fuera de su recinto, en el histórico cine Zugaza de la localidad. Porque de visionar un largometraje se trata y de recoger uno de los hechos más irrepetibles de nuestra historia, como es el activismo y compromiso de una significativa parte del clero de base contra la dictadura franquista, a la que obligó a abrir una cárcel especial y exclusiva para ellos en Zamora. Se llamó concordataria, porque se derivaba del Concordato entre el Estado español y el Vaticano, atendiendo a la muy católica circunstancia de aquella uniformada España. No todos sus protagonistas viven, pero quedan algunos, entre ellos Xabier Amuriza, que el otro día demostró en el programa Gure Kasa de Etb que sigue teniendo una voz y una cabeza admirables.

Es este 2019 que va muriendo un año de aniversarios y conmemoraciones redondas muy importantes para la cultura, la política, la vida vasca. Es una ocasión para reconstruir y explicar nuestra historia con verdad y rigor, una oportunidad para interesar a las nuevas generaciones en hechos que se ocultan a menudo, se silencian o se tergiversan, porque resultan incómodos a los poderes establecidos. Hechos también muy complicados de explicar, porque en los últimos cincuenta años la sociedad ha cambiado de raíz, y tal vez haya sido el de la Iglesia, el clero y su perdido protagonismo el mayor y más particular de los cambios en la nuestra. La película sobre la cárcel concordataria de Zamora, en la que la mayor parte de sus destinatarios fueron vascos, proporciona una buena oportunidad para interesar en temas no habituales. Que el marco para estrenarla sea el de Durango, no hace sino añadirle acierto.

Un muy amigo mío, Juan Rekarte, no estará hoy en la Azoka tras muchos años de fidelidad a un escaparate que le producía sobre todo satisfacciones morales. Era hijo del exilio, fue su padre pediatra de varias generaciones en Caracas, fue él un ingeniero naval que quemó sus naves para volcarse en salvar la música vasca de calidad, casi siempre religiosa, que naufragaba en la indiferencia general. Espero que alguien además de mí eche en falta su modesto estand y su inteligente conversación. 

Audios (1)