Crónica de Araba
Vitoria-Gasteiz fue el epicentro de una pandemia que preocupa y desconcierta
JB
Vitoria estuvo en el epicentro del coronavirus al sur de los Pirineos. Así lo ha confirmado un estudio de expertos en genómica de la Universidad de Santiago de Compostela.
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La capital alavesa no ha sido la única puerta de entrada del virus en la Península, pero sí la primera; la que guarda el linaje de la cepa más antigua antes de las mutaciones. El patógeno de origen asiático llegó sigilosamente a Gasteiz a mediados del mes de Febrero. Lo hizo provisto de un visado epidémico con el que se propagó por Madrid, Valencia, Galicia y Nordeste de Francia para viajar luego a otros puntos de Europa y Latinoamérica. La emergencia sanitaria y el estado de alarma llegaron un mes después. Una irradiación espectacular si estuviéramos hablando de la operatividad del aeropuerto de Foronda y no de una pandemia por la que se está pagando una factura muy cara.
Desde entonces la incertidumbre es la palabra clave. Tras los meses de confinamiento y un extraño paréntesis vacacional, la precipitada segunda ola ha generado una tensión y un desconcierto que nos ha acompañado en la vuelta al cole y en el inicio de la vendimia, actividades que, junto con la festividad de Olarizu, simbolizan en Alava el comienzo del nuevo curso, este año con visita a los mojones pero sin romería.
La pandemia lo condiciona todo. El Diputado General, Ramiro González, ha pedido a las bodegas que paguen un precio digno por la uva, porque las consecuencias de la crisis económica no pueden recaer solo - dice- en los pequeños viticultores. El Ayuntamiento devolverá el 25 por ciento de la cuota de las instalaciones municipales para compensar los cierres por la crisis sanitaria.
La prestidigitación de Magialdia no puede cambiar los números que reflejan un descenso del 20% en la recaudación foral. La verdadera magia reside en la efectividad de los ERTE para hacer frente al colapso económico. Un truco, un dopaje que, según los guardianes de la ortodoxia económica, puede provocar un momento coyote al que le seguirá- dicen- el desplome por el precipicio de una crisis de dimensiones desconocidas.
Las autoridades sanitarias advierten de un cambio de tendencia de y consideran que la expansión de los contagios ha entrado en una fase de control. La situación es distinta a los meses de Marzo y Abril. Desciende la letalidad del virus. La presión hospitalaria es menor, asumible, pero las concentraciones de los profesionales en atención primaria y el paro en educación evidencian un cierto grado tensión, preocupación y malestar social.
El ámbito deportivo regatea pero tampoco se escapa de la pandemia. El Araski ha tenido que aplazar el primer partido de liga por el contagio de dos de sus jugadoras. Si el virus no lo impide, el Baskonia levantará mañana el telón de la ACB en un Buesa Arena sin público, frente al Valencia, mientras que el Deportivo Alavés intentará recuperar en Granada los puntos que el Betis se llevó a Sevilla, tras pagar cruelmente un error defensivo en el tiempo de descuento del primer partido.
Sabemos que Vitoria-Gasteiz estuvo en el alfa de la pandemia en el Estado, pero desconocemos dónde está el omega, que hemos asociado con la vacuna. Gestionar la incertidumbre ante la inestabilidad exige mantener la concentración defensiva con los tres pivotes de la prevención: mascarillas, lavado frecuente de manos y distanciamiento social.