Destellos de luz en la penumbra de la pandemia

La densa niebla, bajo la que  frecuentemente se despierta Vitoria en los amaneceres de noviembre,  no le ha impedido a National Geographic   visualizar a  la capital alavesa  entre los mejores  destinos del planeta a visitar en el 2021.

 La presencia de Vitoria-Gasteiz, en la categoría de cultura e historia, junto a otros idílicos destinos como  los Glaciares de la Patagonia, las aguas de Nueva Caledonia, Gabon  o localidades europeas como Copenhague, Transilvania o Friburgo, realzan aún más el prestigio de la  selección.

El casco medieval, con el  ensanche del diecinueve,  y el abierto por obras de la catedral de Santa María constituyen la joya de la corona urbanística de una ciudad, envuelta en un anillo verde, que proyecta una imagen de apuesta por la sostenibilidad. Entre sus perlas destacan, según la redacción de National Geographic, el Museo Vasco de Arte Contemporáneo -Artium-, El Festival de Jazz, y las esculturas de destacadas personalidades en el mundo de las artes, letras y la música, sin olvidar, en el apartado gastronómico, sus pintxos.

La mención de la acreditada publicación, promotora de viajes, ha supuesto un rayo de luz en la penumbra de una que pandemia que ha reducido el turismo a su mínima expresión, dejándolo en una situación anémica.

Esta reconfortante noticia ha coincidido, además, con  Alava abandonando la zona de  contagios y con el anuncio, más mediático que sanitario, de campañas de vacunación que  parecen advertir que la Covid-19 ha entrado en su cuenta atrás. El final, sin embargo, no está tan próximo y las restricciones obligarán a unas atípicas navidades. Falta por concretar las medidas. Las conoceremos en las próximas y serán objeto de inevitables polémicas. El objetivo, en cualquier caso, es no volver a cometer el error  de que una acelerada desescalada  nos confunda y convierta la anhelada luz de salida del túnel en  la irradiación de una tercera oleada.

Por si todo esto no fuera suficiente, la microbióloga, Miren Basaras, nos ha recordado que los vacunados continuarán transmitiendo la enfermedad y contagiando, por lo que tendrán que seguir con las medidas de seguridad. Además, debido a la urgencia con la que se han llevado las investigaciones,  no se conoce cuánto durarán los anticuerpos y ni cuánto tiempo permanece la inmunidad. 

Esta última semana del mes de noviembre, el 25 N para ser exactos, nos recuerda  la existencia de otra pandemia que no logramos erradicar: la violencia que la mujer padece a manos del hombre. En Euskadi hay casi cinco mil mujeres bajo protección policial por miedo a sus ex parejas; en Alava son más de ochocientas mujeres en esta situación y diez con escolta policial. Las cifras, aún siendo tan alarmantes como vergonzantes, sólo recogen una pequeña parte de la realidad; la de las denuncias. Detrás de ellas hay un número desconocido de mujeres que sufren en silencio violencia y malos tratos físicos y sicológicos.

En los meses de coronavirus con las restricciones, las denuncias se han reducido en un 25 por ciento y las intervenciones del Servicio Especializado de  Información y Atención Telefónica se han incrementado en más de un diez por ciento. Es decir: la situación ha empeorado. Conocemos la vacuna; igualdad real, no sólo nominal. Sabemos dónde están los anticuerpos de la inmunidad; en la educación, pero seguimos sin lograr una inoculación eficaz.