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Cara a Cara 14-3-2018

"No veo de recibo unir una reivindicación de calle con un beneficio propio"

El debate sobre las pensiones y la huelga de la enseñanza pública no universitaria canalizan hoy el debate protagonizado por Igor Marín y Mamen Alvarez.

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El colaborador Igor Marín explica que Rajoy ha detallado sus propuestas sobre los pensionistas vinculándolas a la aprobación de los presupuestos y habla de él como gran orador y de inteligencia superior a sus rivales. El periodista aclara que, sin concretar, lo que se ha dicho es que subirán las pensiones mínimas y las de viudedad ligadas a la aprobación de los presupuestos del año 2018. Marín vuelve a intervenir para decir que es una jugarreta política, absolutamente insuficiente, que deja a los pensionistas con una mano delante y otra detrás. En un giro político las pensiones quedan en poder de la oposición y Rajoy se libera de esa responsabilidad, añade. Mamen Alvarez le dice a Rajoy que no juegue con las pensiones y que no ve muy de recibo unir una reivindicación a pie de calle, justa, a un beneficio propio, suyo. El contertulio expone que Rajoy para salvar su culo en los próximos seis meses pone en juego el Estado y el sistema de pensiones.

El periodista cambia de tercio al mencionar la huelga y manifestación multitudinaria del profesorado con un seguimiento del 75% según los sindicatos convocantes y de un 45% en cifras del Gobierno Vasco. El colaborador opina que hace falta más educación para saber contar y decir la verdad. El paro es para él el último recurso, la negociación tiene que ser la clave y una huelga es, en su opinión, el fracaso de las dos partes: Gobierno y sindicatos. Marín explica que es cierto que se tiene que aumentar el gasto en educación y que lo de saltarse la LOMCE -ley órganica para la mejora de la calidad educativa- es una ilegalidad. Mamen Alvarez cree que la huelga es el último de los recursos y que mañana va a haber niños sin clase y luego nos echaremos las manos a la cabeza. Para ella el reconocimiento del profesorado no es el suficiente y los profesionales no se sienten valorados ni económica ni socialmente ni por las familias. Unas familias que, detalla, no acaban de entender esta huelga cuando todo se interpreta como una mejora salarial.

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