ESCRITO EN EL AIRE
"Transversalidad", por Patricia Escudero
Patricia Escudero utiliza el color negro para reflexionar sobre las diferentes acepciones que tiene relacionadas con a la actualidad política.
Your browser doesn’t support HTML5 audio
El negro es un color sin color, particularidad esta que lo convierte en funcional y adecuado para muchas cosas, la letra impresa, el diseño, la etiqueta, el luto y un largo etcétera, aunque no tan largo como el que acompañaría a la descripción de sus innumerables connotaciones negativas. Una pesada carga simbólica que hace que gatos, magia, suerte, mano, oveja, garbanzo, un lunes, un jueves, una primavera, una lista, un mercado, o el dinero, por poner algunos ejemplos, sin son negros es que algo tienen de mórbido, de indeseable, de trágico, o de ilegal. Algo malo. Un sentido peyorativo de gran alcance que ha llevado a que también, en lo concerniente a la descripción de una raza, las palabras negro o negra parezcan.... denigrantes. De ahí que para obviarlas se empleen absurdos eufemismos, persona de color, o ridículos y paternalistas diminutivos, negrito, negrita. Un asunto que sin duda queda mejor resuelto en la lengua inglesa, donde la palabra nigger, con evidentes reminiscencias esclavistas, dio paso al uso generalizado de black, mucho más neutra.
Neutralidad hábilmente utilizada por los artífices de unas tarjetas que han destapado un caso de corrupción, presunto, como no podía ser de otra forma, pero escandaloso. Tarjetas corporativas de libre disposición, que no es que sean negras o negritas, ni que muevan dinero negro o de color, son black. Un expolio que ha sentado en el banquillo a 66 personas acusadas de administración desleal o apropiación indebida, 66 personas que por pertenecer a diferentes partidos, sindicatos y patronales, configuran lo que se ha dado en llamar un caso paradigmático de corrupción transversal.
Paradigma: dícese del ejemplo o modelo de algo. Transversal: en política constituye una corriente que propone trascender la división entre derecha e izquierda. Transversalidad de género: responsabilidad de todos los poderes públicos en el avance de la igualdad entre mujeres y hombres.
Desde el punto de vista de la transversalidad política, parece que no falta nadie. Pero hay un dato muy significativo, de esas 66 personas, 62 son hombres y 4 son mujeres. Una diferencia numérica que animaría a pensar que somos más honestas y menos corruptas que ellos. Estaríamos ante un paradigma. Pero….son 4 de 4, es decir, están todas las que son y son todas las que están. Parece que en las altas esferas las mujeres brillan, pero por su ausencia. No podemos saber cuál sería el índice de corrupción con una mayor presencia femenina en los ámbitos del poder político y económico. No podemos saberlo porque apenas hay mujeres. ¿Es que no somos suficientemente buenas para estar ahí? ¿O es que no somos suficientemente malas?