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Crónica de Araba

Energías renovables, repliegue de la Covid y emergencia de la violencia machista

JB

El debate sobre las energías renovables entra en la agenda de actualidad en una semana caracterizada por el progresivo repliegue de la Covid, mientras emerge el virus de la violencia machista.

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El Diputado General de Araba, Ramiro González, y el Alcalde de Vitoria-Gasteiz, Gorka Urtaran, han definido las posiciones que mantienen las dos insituciones que lideran en materia de las renovables. El Jefe del ejecutivo foral, Ramiro González, afirma que es una obligación moral y legal buscar la compatibilidad entre las energías renovables y la biodiversidad. La ley de cambio climático establece que en 9 años- en el  2030-  el 42 por ciento de la energía que consumamos y el 74 por ciento de la que produzcamos deberá ser renovable. Alava, con un ocho por ciento, está muy lejos de esas cifras. Es imposible cumplir con ese objetivo-sostiene- sin instalaciones de generación intensiva, que tendrán que convivir con otras  más modestas y domésticas.

Alava cuenta con ejemplos de referencia en renovables: los parques eólicos de Badaya y Elguea o las placas fotovoltaicas de Arasur, por ejemplo. El debate en las últimas fechas se ha circunscrito a la ubicación y dimensión de nuevos proyectos. Los parques eólicos proyectados en Arkamo e Iturrieta se encuentran en fase de evaluación y  cuentan con informes técnicos de Diputación que obligan a introducir cambios sustanciales a sus promotores: El Ente Vasco de La Energía - EVE-  e Iberdrola, agrupados en Aixeindar. No es el caso del de Labraza. Su impacto se considera menor. No obstante todos se encuentran en el proceso de evaluación, junto con otras  alegaciones presentadas por ciudadanos y asociaciones proteccionistas. Habrá que esperar a su resolución final.

El reto obliga a huir de posiciones generalistas o taxativas, sostiene el Diputado General, y habrá que valorar en cada caso y reflexionar que tiene más afección para la flora o la fauna; si un aerogenerador o  no acabar con la carbonización.

Durante las últimas fechas una cierta inquietud se ha despertado en varias localidades de la llanada alavesa ante las ofertas de dos multinacionales para instalar huertos solares. Resulta paradójico pensar en el atractivo fotovoltaico de una de las áreas con menos luz solar a lo largo del año. Sin embargo, las seductoras ofertas, por ejemplo, para un proyecto de 100 hectáreas en Mendibil, Durana y Arzubiaga- dentro de Arrazua Ubarrundia- han incentivado el interés de algunos propietarios y las críticas de quienes  ven en riesgo la desaparición del sector agrícola.

El proceso  no es simple; encierra una cierta complejidad y lleva su tiempo.  Primero tiene que haber acuerdos entre promotores y la diversidad de propietarios; posteriormente los proyectos deben ajustarse a las planes  urbanísticos del Ayuntamiento correspondiente y en el caso de municipios con menos de veinte mil habitantes es Diputación la encargada de observar el cumplimiento de las normas subsidiaras. En este contexto El Diputado General, Ramiro González, ha querido trasladar un mensaje de tranquilidad y, tras reafirmar el compromiso con las energías renovables, ha subrayado que la Administración tiene el control y que la instalación de proyectos fotovoltaicos está perfectamente ordenada. El alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, asume la necesidad de que parte del territorio se  destine a la obtención de energía renovables, pero haciéndolo de forma ordenada- ha dicho-, sin caer en la efervescencia de lo que ha salido en las últimas fechas, y preservando la actividad agrícola, importante- ha dicho- en el Territorio Alavés.

Esta semana, en la que la pandemia ofrece estimulantes registros de repliegue,que permiten mirar al verano con un moderado optimismo,  nos ha dejado la cifra de casi setecientas mujeres atendidas en Vitoria por violencia de género, la mayoría de ellas por agresiones sicológicas, pero también físicas. Los casos detectados por diferentes servicios municipales han descendido en 2020 con respecto al año anterior, pero eso se ha debido a que la pandemia y el confinamiento han dificultado las denuncias y la asistencia presencial. Es decir el virus de la violencia machista permanece latente, es letal  y la inoculación de la vacuna que garantice su erradicación sigue siendo una asignatura pendiente.

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