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Crónica de Araba

El virus de la violencia machista releva a la Covid

JB

Vitoria-Gasteiz

Un  virus letal para el que no encontramos vacuna nos ha sacudido esta semana. Emerge la violencia machista con su rostro más cruel; una mujer degollada por su ex-marido que, en lugar de alterar el orden de los factores, decide posteriormente suicidarse.

Concentracón de condena tras el último asesinato machista en Vitoria-Gasteiz

 En el cuadro de la tragedia otras dos victimas; dos hijos, menores de edad, con 13 y 17 años, que se encontraban durmiendo en el momento de la agresión mortal y que fueron quienes alertaron de lo sucedido. La llamada nueva normalidad no consigue deshacerse de una de las pandemias más viejas. La violencia que el hombre ejerce sobre la mujer.Los tres años sin crímenes machistas en Vitoria quebraron la última mañana del puente festivo, sorprendiendo amargamente a una sociedad que saboreaba las primeras horas sin las grandes restricciones de la Covid. El patógeno de la violencia de género regresa a la actualidad. A la consternación inicial le acompañó la lógica indignación por la injusticia de una violencia que padecen única y exclusivamente las mujeres en primer término. La unanimidad de las declaraciones institucionales, las nutridas manifestaciones por las calles de Gasteiz   y diferentes localidades alavesas han dado muestra de una rotunda condena. Si ya una sola victima es mucho, hay algunos sucesos que vienen acompañados de una serie de elementos que reflejan la crueldad y el infierno que han padecido y padecen sus víctimas. En las diferentes denuncias, sin embargo, se detecta una cierta desolación; un sentimiento de fracaso por la insuficiencia de las medidas que se vienen desplegando desde hace varios años. Nos invade un indisimulado temor a que ésta no será la última víctima.

 Hay una coincidencia mayoritaria de que no se trata de un problema doméstico, sino de una lacra social que atenta contra los derechos básicos de las personas, de las mujeres en este caso, lamina nuestro bienestar y nos interpela, cuestionando los niveles de democracia. Una violencia que habita oculta, en algunas ocasiones, y silenciada en otras, ante la que los poderes públicos y la ciudadanía debe estar alerta y desvelar, para apoyar, como subraya el Ararteko, a las mujeres que viven en esa situación y evitar más muertes. 

 Otro capítulo no menos preocupante es el de la siniestralidad laboral. Ayer un nuevo accidente con un trabajador muerto en Amurrio. Hace dos semanas escasas se registró otro en Zambrana. Sigue creciendo esta siniestra lista.

 En otro orden de cosas, no deja de ser importante  la aprobación de las ordenanzas fiscales del ayuntamiento de Vitoria para el próximo año. Se mantienen los precios de los servicios sociales o instalaciones deportivas y experimentan una leve subida del uno por ciento la Ota o los cursos en los centros cívicos. Ha llamado la atención la coincidencia del Gobierno Municipal  de EH-Bildu en la aprobación de las ordenanzas. Acuerdos sin pacto previo, según sus portavoces, pero que ha sido encajado con recelos por Partido Popular y Elkarrekin Podemos.

 El proyecto de universidad privada Euneiz, respaldado por el grupo Alavés-Baskonia, supera los primeros trámites en el   Parlamento Vasco y Juntas Generales de Alava con el apoyo de los partidos del Gobierno, PNV-Partido Socialista, y del Partido Popular frente  al rechazo frontal de Podemos y  la critica matizada de Euskal Herria Bildu.

 En el terreno deportivo, el Baskonia parece tomarle el pulso a la competición continental, tras sumar las dos primeras victorias frente a Panathinaikos y Alba Berlín en Euroliga. El Deportivo Alavés recibe pasado mañana al Betis. El regreso a la competición, después del parón liguero, se presenta como un nuevo test de estrés para el conjunto albiazul, que sigue sin dar el nivel que exige la competición.