LA COLUMNA JAIONICA
Domingos y domingas
EITB Media | AG
Jaione Sanz firma esta columna canalla y descarada, una mirada desenfadada a la vida. Hoy desmenuza la cara y cruz del séptimo día de la semana, ese mirador natural desde el que la vuelta a un nuevo lunes parece un mundo.
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Ya es domingo, día trampa para quienes libramos los fines de semana. Siempre ocurre igual: la jornada comienza disfrutona por la oportunidad de un desayuno tardío, una excursión sin prisas o un vermú torero, pero rápidamente deriva en suplicio. En mi caso, la inflexión sucede en el preciso instante en que tomo cuenta de lo rápido que ha pasado lo bueno. Llevaba desde el lunes visualizando el momento de plegar bártulos y, de pronto, apenas faltan unas horas para que el despertador chille la vuelta a las obligaciones. Si no fuera porque soy una adulta hecha y derecha, una persona a quien se presupone madurez y saber estar, berrearía a los cuatro vientos aquello de: "¡Mamá, no quiero ir al cole!".